Los hombres frente a la adversidad se enfrentan a una decisión crucial: aceptan a ésta, sin más, y se resignan a su destino o se elevan y asumen el desafío de superar las dificultades que la vida les depara.
Los hombres frente a la adversidad se enfrentan a una decisión crucial: aceptan a ésta, sin más, y se resignan a su destino o se elevan y asumen el desafío de superar las dificultades que la vida les depara.
En estos días hemos asistido al rescate de treinta y tres hombres, que desde el fondo de la tierra nos dieron una lección de lucha, de convicción y, fundamentalmente, que es posible en la unidad de objetivos sobrellevar toda penuria con el fin de alumbrar a la vida.
Hechos de esta magnitud nos invitan a reflexionar en cuanto alos obstáculos cotidianos, nuestras responsabilidades y nuestro compromiso.
Podemos, en este sentido, adentrarnos en el concepto de los “mineros” y los “rescatistas”.
Los primeros, sumergidos e inermes más allá de su coraje, los segundos obligados a dar respuesta al alma que yace en la persona humana.
Es este un ejemplo paradigmático de que se puede cambiar una realidad por más que se presente compleja y sin aparentes soluciones. Es mentira que no pueda cambiarse; es verdad que sólo una profunda convicción y un carácter inclaudicable hacen posible el “milagro” de hacer lo que parece imposible. No es cierto que como País estamos condenados al fracaso; tampoco es cierto que la prosperidad nos espera graciosamente a la vuelta de la esquina. Solo una reflexión profunda y creativa, con acciones claras y concretas nos hará crecer colectiva y personalmente.
En nuestro país muchos argentinos son hoy “mineros”, sumergidos en la desesperación de la miseria, de la inseguridad, del desempleo, de la falta de atención a su salud, de la dificultad de acceder a una educación superadora, de un sistema previsional injusto, en pocas palabras: sin posibilidad de ejercer su dignidad como persona humana.
¿Dónde están los “rescatistas”? Los rescatistas somos y debemos serlo en primer lugar todos aquellos con responsabilidad de gobierno, para que el hoy y el futuro sea una tarea común que nos convoque, sin mezquinas pretensiones y sin estrechez de miras; junto a aquellos que sin responsabilidad de gobierno, sienten que tienen la intima obligación de ayudar a sacar del dolor a sus compatriotas.
Los “mineros” de Chile nos dieron un ejemplo de templanza y de fe, resistieron, se unieron, no aceptaron entregarse al desánimo. Los “rescatistas” de Chile nos enseñaron que a pesar de todo pronóstico se puede desafiar a la montaña, trabajar sin denuedo, imaginar y darle forma a la convicción profunda de que la vida tiene un valor sagrado y que todo empeño en pos del otro, del hermano, no reconoce de cansancio ni límites.
¿Qué somos: “rescatistas” o “mineros”…? Unos y otros, aprovechemos esta oportunidad que nos da el ejemplo, hagámosla propia y pongamos manos a la obra para dar a luz en cada uno de nosotros, desde donde nos encontremos, lo mejor de nosotros.
Hagámoslo como “rescatistas” por los que nos necesitan y nos esperan.
Hagámoslo como “mineros” para inculcar en otros la fortaleza y la fe del que no claudica en la adversidad.
Es nuestra responsabilidad y nuestro compromiso.
Santa Fe, Octubre 2010.
VICTOR HUGO DADOMO
Diputado Provincia