Villa Ocamplo.— Otra vez la muerte en las rutas santafesinas. Y otra vez, con chicos como víctimas.
Villa Ocamplo. 26/09/2010 — Otra vez la muerte en las rutas santafesinas. Y otra vez, con chicos como víctimas.
Catorce personas murieron, entre ellas tres niños, y otros cinco menores de edad sufrieron heridas cuando el furgón en el que viajaban por la ruta nacional 11 en el norte de Santa Fe chocó contra un camión de carga, cuyo acoplado se atravesó en el asfalto al salir del camino lateral.
La tragedia sucedió a última hora del domingo 26, y ayer enlutó a toda la zona, en especial a la localidad de Villa Guillermina, de donde eran las víctimas. El hecho ocurrió alrededor de las 23.30, a la altura del kilómetro 876,300 de esa carretera, en medio de la oscura noche del norte provincial.
Los ocupantes de la combi Renault Master que viajaba de sur a norte integraban el conjunto de danzas folclóricas “Retoños de mi pueblo” y regresaban a sus domicilios luego de actuar en un festival en Villa Ocampo.
El conductor, un docente jubilado de 63 años, falleció en el accidente y su habilitación para conducir generó polémica dado que funcionarios provinciales y municipales discreparon sobre los permisos que portaba y la cantidad de gente que llevaba.
Es que la Trafic, perteneciente a la comuna de Villa Guillermina, habría sido adquirida para el traslado de personas discapacitadas. Al momento del choque transportaba 19 personas, y su capacidad sería para 16 pasajeros. Trascendió que el utilitario viajaba a más de 100 kilómetros por hora y que no se detectaron frenadas en la cinta asfáltica.
También son tema de discusión las habilitaciones del camión Ford 7000, modelo 1979, que transportaba cañas de azúcar, y a partir de las pericias policiales se está tratando de establecer si su acoplado tipo Java tenía luces o si éstas se desprendieron a raíz del impacto.
El chofer del camión, Dante Sosa, de 23 años, fue detenido por la policía pero debió ser trasladado a un hospital de Las Toscas, de donde es oriundo, ya que sufrió un shock nervioso, según comunicó el jefe de Policía de Reconquista, José Luis Leguiza.
El accidente se convirtió en la mayor tragedia en seguridad vial en el norte de Santa Fe, desde 2006 cuando doce jóvenes fallecieron sobre la misma ruta cuando regresaban al colegio Ecos de Buenos Aires tras una jornada solidaria en Chaco.
El jefe comunal de Villa Guillermina decretó dos días de asueto y tres días de duelo en esa localidad. Al cierre de esta edición, 8 de las 14 las víctimas mortales eran veladas en la parroquia Sagrado Corazón de Jesús, dos en salas velatorias y el resto en los domicilios particulares de sus deudos.
Las víctimas. El accidente provocó la muerte de todos los integrantes de la familia Maidana, un matrimonio y su hija de 14, y afectó también a otros grupos familiares, con el fallecimiento de dos mujeres junto a sus hijos.
En tanto, dos adolescentes y tres niños que sufrieron diversas heridas quedaron internados en el hospital central de Reconquista, el nosocomio de mayor complejidad de la región donde se produjo el accidente.
El ministro de Salud provincia, Miguel Angel Cappiello, visitó ayer a los heridos y señaló que dos de ellos, hermanos, se encontraban “en estado de coma complicado” y que la nena tuvo que ser operada por una lasceración en el hígado.
Asimismo, reportó que otras dos niñas de 6 y 14 años sufrieron fracturas de fémur, cúbito y radio pero ninguno de los internados presentaba lesiones cerebrales.
Capiello dispuso también que el equipo de salud mental de la provincia se instale en Villa Guillermina para dar contención a las familias afectadas por la tragedia y a los niños internados, dado que perdieron a familiares y amigos y habrá que “acompañarlos en el shock emocional que tendrán para elaborar el duelo”.
Sin controles. Por su parte, padres de adolescentes que fallecieron durante la llamada “tragedia del colegio Ecos” cuestionaron la falta de controles en las rutas de la provincia y denunciaron negligencias como la habilitación para circular del camión Ford 7000, que tenía las gomas lisas y más de 30 años, además de la falta de iluminación y vigilancia en la carretera.
Sergio Cohen, padre de una de las víctimas que murieron en 2006, señaló que en la zona “siguen las mismas condiciones” de seguridad vial. “Se trata de una ruta del Mercosur que está llena de camiones pero que no tiene banquinas. No hay controles, ni policía, Gendarmería, previsión ni Justicia”, enfatizó en declaraciones radiales.
Raúl Douboulet, testigo del accidente, dijo que en esa ruta “tenemos muertos todos los días y el tránsito de camiones es infernal”. Recordó que “hace 20 años que prometen que este camino va a mejorar”.
En ese sentido, el jefe de Bomberos de Villa Ocampo, Silvio Jaime, admitió que el tramo donde ocurrió el accidente “es una zona oscura, sin iluminación, salvo la que tengan los vehículos”.
Negligencias. Aparentemente el camión que trasladaba caña de azúcar hacia uno de los ingenios de la zona, “venía por una calle transversal a la ruta y fue impactado en el costado por la Traffic que circulaba de sur a norte, de Villa Ocampo hacia Villa Guillermina”, comentó Jaime.
El bombero confirmó “el camión se le cruzó en la mitad de la ruta y la hipótesis que se maneja es que el chofer de la combi no lo vio y no tuvo tiempo de frenar”.
El jefe de la comisaría cuarta de Villa Ocampo, Fabio Cetour, aseguró que “las pericias determinarán” si el camión ingresó sin luces a la ruta 11, como trascendió, o si el impacto las arrancó.
Todas las fuentes, oficiales y extraoficiales, coinciden en que es necesaria y urgente la implementación de controles y medidas preventivas en la zona y muy especialmente en esta época de zafra, cuando se incrementa el tránsito de vehículos de gran porte, muchos de ellos en estado deplorable. Está claro que esta tragedia será un nuevo disparador para discutir y exigir soluciones.
El caso se encuentra en manos del juez en lo Correccional de Reconquista, Jorge Galbusera, e intervino personal policial de todas las comisarías, subcomisarías y destacamentos de la zona, pertenecientes a la de esta ciudad.
Fuente: La Capital