
Brendan Eich contra Google: la rebelión del creador de JavaScript
Brendan Eich contra Google: la rebelión del creador de JavaScript
Brendan Eich, el genio detrás de JavaScript y cofundador de Mozilla, se ha convertido en el mayor enemigo de Google y Meta. Con su navegador Brave, desafía el dominio publicitario de Silicon Valley y propone una nueva forma de navegar: sin rastreadores, sin cookies espías y con recompensas en criptomonedas.
El origen de la rebelión de Brendan Eich: de Mozilla a Brave

La historia de Brendan Eich es, en muchos sentidos, la historia del desarrollo de la web moderna. En 1995, mientras trabajaba para Netscape Communications, Eich creó JavaScript, un lenguaje de programación que revolucionó la forma en que las páginas web interactúan con los usuarios. JavaScript permitió a los sitios web hacer cosas dinámicas, como animaciones y formularios interactivos, lo que convirtió a la web en un lugar mucho más funcional y atractivo. No es una exageración decir que, sin JavaScript, la web tal como la conocemos hoy no existiría.
De cofundador de Mozilla a la creación de Brave
En 2004, Brendan Eich fue uno de los cofundadores de Mozilla Firefox, un navegador que, a principios de la década de 2000, se convirtió en el mayor competidor de Internet Explorer, el navegador dominante de la época. Firefox revolucionó el mercado con su enfoque en la privacidad, la velocidad y la personalización. Se ganó la lealtad de millones de usuarios que veían en él una alternativa frente al monopolio de Microsoft. Eich se convirtió en una figura central en Mozilla y en la comunidad de código abierto.
Sin embargo, su relación con Mozilla comenzó a tornarse tensa. A medida que el tiempo pasaba, Eich se encontraba con una creciente frustración sobre la dirección que estaba tomando la organización. Mozilla comenzó a depender cada vez más de Google para financiar sus operaciones, firmando acuerdos millonarios para hacer de Google Search el motor de búsqueda predeterminado en Firefox. Para Eich, esta dependencia de Google representaba una contradicción con los valores de privacidad y autonomía que habían sido fundamentales para la creación de Firefox.
En 2014, después de varios desacuerdos internos, Brendan Eich fue forzado a renunciar como CEO de Mozilla debido a su postura política sobre el matrimonio homosexual. Este episodio de controversia y las tensiones dentro de la organización marcaron un punto de inflexión en su vida profesional, y sería el catalizador de un nuevo proyecto: Brave.
Brave: Rompiendo con el sistema
Tras su salida de Mozilla, Eich se asoció con Brian Bondy y otros desarrolladores con la visión de crear un navegador que rompiera con los modelos publicitarios tradicionales y devolviera el control de la privacidad a los usuarios. Brave se lanzó oficialmente en 2016 con un objetivo claro: crear un navegador sin rastreo, sin anuncios intrusivos y sin comprometer la velocidad.
A diferencia de Google Chrome, que financia su desarrollo mediante la recopilación masiva de datos de navegación y el uso de publicidad dirigida, Brave adoptó un enfoque completamente diferente. El navegador fue diseñado para bloquear anuncios y rastreadores de manera predeterminada, protegiendo la privacidad del usuario desde el primer momento. Además, introdujo un sistema de recompensas en criptomonedas, conocido como BAT (Basic Attention Token), donde los usuarios pueden ganar criptomonedas al ver anuncios opcionales.
Brave se basó en Chromium, el mismo motor de código abierto que utiliza Google Chrome. Esto permitió que el navegador tuviera un rendimiento similar al de Chrome, pero sin las preocupaciones de privacidad y con la posibilidad de usar las mismas extensiones. Eich y su equipo decidieron aprovechar lo mejor de Chromium y construir sobre él, pero con un enfoque radicalmente diferente. Brave se convirtió en un navegador que no solo protegía la privacidad, sino que también ofrecía una recompensa económica por no ser rastreado.
Brave contra Google y Meta: un modelo que rompe el sistema

Lo que hace a Brave y a Brendan Eich especialmente temido por Google y Meta no es solo su capacidad de bloquear anuncios, sino su modelo de negocio alternativo. En lugar de monetizar con datos personales, Brave utiliza la blockchain para ofrecer a los usuarios recompensas en criptomonedas (BAT, Basic Attention Token) por ver publicidad voluntaria. Esto significa que, mientras navegas sin ser rastreado, puedes obtener ingresos pasivos, un golpe directo al corazón de los imperios publicitarios de Silicon Valley.
Además, Brave cuenta con herramientas avanzadas como aleatorización de la huella digital, lo que impide a las empresas crear perfiles únicos de cada usuario, algo que Chrome no bloquea. A nivel técnico, Brave consume menos memoria que Chrome con múltiples pestañas abiertas y ofrece sincronización de datos entre dispositivos, pero sin depender de una cuenta de Google. Todo esto convierte a Brave en una alternativa que combina seguridad, eficiencia y libertad digital.
No es casualidad que en los foros tecnológicos se hable de Brave como un “navegador diabólico” para las grandes tecnológicas: elimina sus ingresos por rastreo, erosiona el negocio publicitario y coloca al usuario en el centro del ecosistema digital.
¿Cómo cambiar a Brave y unirse a la rebelión digital?

Si deseas cambiar, la transición de Chrome a Brave es más sencilla de lo que parece. Brave está disponible para Windows, macOS, Linux, Android e iOS, y permite importar contraseñas, historial y marcadores con un solo clic. Incluso admite las mismas extensiones que Chrome, ya que ambos están basados en Chromium.
El proceso de configuración inicial incluye la opción de activar o desactivar Brave Ads, el sistema de anuncios que paga a los usuarios en criptomonedas. También permite ajustar el motor de búsqueda por defecto, sincronizar dispositivos mediante códigos cifrados y proteger los datos personales con encriptación de extremo a extremo.
En el móvil, la sincronización funciona mediante un código QR, lo que evita la necesidad de depender de Google. Además, Brave ofrece compatibilidad con servicios de streaming como Netflix al habilitar extensiones necesarias, y permite personalizar completamente la experiencia desde el panel de control.
Al final, cambiar a Brave significa más que instalar un navegador: es un acto de resistencia contra un internet dominado por el rastreo masivo y la explotación de datos. Para muchos, cada descarga de Brave es un pequeño golpe contra el monopolio publicitario de Google y Meta.
Brendan Eich no solo creó JavaScript: con Brave, está reescribiendo las reglas de internet. Mientras Google y Meta luchan por mantener su imperio basado en el rastreo, Brave ofrece un futuro distinto: navegación rápida, privada y con recompensas para los usuarios. La rebelión digital ya está en marcha.
Referencia:
- Dedoimedo/Brave browser – A rather interesting Chromium-based option. Link
Fuente: CerebroDigital.net