¿Son dos genocidios peor que uno?

Día: Viernes, 10 de enero
Hora: 11:00 am (H/Este de EU)
5:00 pm (H/central europea)

Enlace ZOOM para ingresar a la reunión, coloca tu nombre completo: us02web.zoom.us/j/83288789255

–Con interpretación simultánea al alemán, español y francés–

Mira en directo, la interpretación al español por YouTube, aquí: youtu.be/iGgfbfggS1g

Por favor, invita y moviliza a tus amigos, colegas y organizaciones

Únete a la reunión de la Coalición Internacional de la Paz (CIP) este viernes 10 de enero cuando nos acompañarán como ponentes médicos de Doctors Against Genocide, quienes darán un informe de sus actividades; Glenn Diesen y otros.

Amigos de la Coalición Internacional por la Paz: 

Es difícil imaginar algo peor, algo más degradante para el espíritu humano, que el genocidio que se está perpetrando en Gaza a la vista de todos desde hace más de un año, y que empeora día a día. Pero ahora, la banda criminal que dirige el gobierno de Israel, siguiendo órdenes políticas maltusianas emanadas de Londres y Washington DC, ha anunciado su intención de convertir a Cisjordania en la Gaza 2. Una advertencia urgente llegó de uno de los diarios más destacados de Israel, Ha’aretz, cuyo editorial principal del 8 de enero lleva por título “Israel Wants to Turn the West Bank Into Rubble, Just Like Gaza” (Israel quiere reducir Cisjordania a escombros, igual que Gaza), y en el que advierte: “El objetivo: imponer el apartheid del Gran Israel en los territorios ocupados. Si lo consiguen, acabarán con cualquier posibilidad futura de una solución de dos Estados y de una vida sostenible en la región”.

Para avivar aún más las llamas de la guerra, el subcomandante del Comando Central de Estados Unidos (CENTCOM), el vicealmirante Brad Cooper, viajó a Israel la semana pasada para discutir el aumento de los envíos de armas del gobierno de Biden, que está de salida, y la mejora de la preparación para un posible ataque conjunto estadounidense-israelí contra las instalaciones nucleares de Irán, que podría escalar a un enfrentamiento nuclear con el aliado estratégico de Irán, Rusia, en un abrir y cerrar de ojos.

¿Cuándo podría ocurrir ese ataque? Muy posiblemente antes de que Donald Trump tome posesión de su cargo el 20 de enero, dentro de sólo 11 días. Para sorpresa de muchos, Trump acaba de enviar un mensaje inequívoco al Primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, de que no está satisfecho con su gestión de toda la situación, ni de la toma militar israelí de territorio en el sur de Siria en las últimas semanas. A última hora del 7 de enero, justo después de su ampliamente publicitada conferencia de prensa en Mar-a-Lago, Trump publicó en su cuenta de Truth Social un video de octubre del 2024 del economista Jeffrey Sachs, en el que éste denuncia el papel de la CIA y otras agencias estadounidenses y británicas en la Operación Timber Sycamore, la operación del 2012 al 2017 para derrocar al gobierno de Bashar al-Assad en Siria. En esa publicación de Trump, Sachs denuncia el papel de Netanyahu, y hace el comentario de que Netanyahu “no es más que un obseso, y todavía está tratando de que luchemos contra Irán este día, esta semana”.

¿Contempla el gobierno entrante de Trump dar una patada al plan de juego neoconservador para la guerra en el sudoeste de Asia, así como en Ucrania? ¿Piensa Trump desbaratar décadas de planificación anglo-estadounidense de guerra contra Rusia y China, y a la burocracia permanente de los banqueros en el gobierno que ha impuesto esa política? Sus nombramientos de Tulsi Gabbard para Directora de Inteligencia Nacional y de Kash Patel para dirigir el FBI sugieren que podría haber una posibilidad de que ese fuera el caso.

Todo eso, todavía, está por verse. Al igual que la cuestión de si las declaraciones de Trump a la prensa sobre la confiscación de Groenlandia, el Canal de Panamá y Canadá no son más que desagradables bravatas de negociación, o si en realidad se trata de una política que reniega de cualquier soberanía nacional que no sea la de Estados Unidos, un enfoque que, por supuesto, es totalmente contrario al de los Padres Fundadores de este país.

En medio de todas las incógnitas, hay dos cosas claras. La primera: el propio Trump no es consciente de los cambios tectónicos que están sucediendo en todo el planeta, y mucho menos de su causa, y que exigen una respuesta política de Estados Unidos radicalmente distinta. Las naciones del Sur Global han anunciado el fin de 500 años de colonialismo, y están optando por cooperar con cualquier país que esté dispuesto a ayudarles a industrializarse y desarrollarse. Hoy eso significa China y la Iniciativa de la Franja y la Ruta, y significa la dinámica cada vez mayor del BRICS, que ahora representan el 57% de la población mundial.

Pero no hay razón para que Estados Unidos no desempeñe también un papel protagónico en este proceso de desarrollo mundial de alta tecnología. Ese enfoque es la única manera de resolver la situación de los migrantes y el problema de las drogas, por ejemplo, como demuestra el Instituto Schiller en su folleto “Miles de millones de empleos productivos para detener la emigración forzosa y la guerra”.

Segundo: Precisamente porque el mundo está tan agitado, existen enormes posibilidades políticas para organizar un cambio de política a fondo. Es un momento para que todas las capas de la sociedad en el mundo se movilicen contra el genocidio o genocidios y a favor de una nueva arquitectura internacional de seguridad y desarrollo como la que ha planteado Helga Zepp-LaRouche.

En este momento de transición, hacemos bien en recordar que la presidencia de Estados Unidos no es el “Super Bowl” ni la Copa Mundial de fútbol, y que la política no es un deporte de espectadores. Los próximos días y semanas serán un momento para llevar a cabo la máxima actividad política y la educación en cuanto a las soluciones reales necesarias a la crisis de desintegración del sistema financiero transatlántico.

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¡Acompáñanos! Tanto si has estado en alguna de las reuniones de la Coalición Internacional por la Paz (CIP), como si no lo has hecho hasta ahora, no debes perderte la oportunidad de estar en esta reunión #84 de la CIP, en un momento en que un verdadero diálogo mundial se torna absolutamente necesario y posible.