Dieron de baja a contratados «para actividades culturales» en el puerto y se investiga la concesión de la Estación Fluvial. El nuevo ministro de la Producción de Santa fe, Cristian Desideri, ordenó realizar un profundo proceso de racionalización del elevado gasto del Ente Administrador del Puerto Rosario (Enapro), organismo que se encuentra a su cargo desde diciembre pasado y hasta mayo.
La saliente titular el Enapro María Herminia Grande, el ministro de Producción Cristian Desideri y el Gobernador Jorge Obeid. La foto corresponde al día en que el gobernador colocó como interventor a Desideri. |
En ese marco el funcionario resolvió no renovar el contrato de 29 personas que habían sido designadas durante la gestión de María Herminia Grande que percibían sueldos «muy por encima de la media provincial». Los contratados se encargaban exclusivamente de organizar sugestivas actividades culturales que Grande promovió en especial en el 2003, año en que fue candidata a intendente. «Eran actividades propias de una Secretaría de Cultura, no de un puerto», justificó un colaborador de Desideri quien anunció que la intención del ministro «es darle un perfil netamente técnico al Ente, ligado estrictamente a lo portuario». El balance del 2003 aún no fue aprobado por el directorio del Enapro que podría poner reparos al analizar lo gastado en esos eventos por quien fue la titular del Ente durante el segundo gobierno de Carlos Reutemann. De ser así, Grande podría ser acusada de administración fraudulenta.
Desde el Ministerio de la Producción informaron a este diario que Desideri y sus colaboradores se encuentran en estos momentos analizando toda la documentación existente en el Enapro. «Estamos sacando la foto del estado del puerto de Rosario», graficó el colaborador ministerial. Casi al desembarcar en el Ente, la nueva conducción encabezada por Desideri se encontró con 29 personas que habían sido contratadas durante la gestión de Grande cuyos sueldos eran más que elevados y se ubicaban por encima de la media provincial.
Esos contratos fueron rescindidos y en su lugar se designó a un ingeniero y a una secretaria. Desde el Ministerio de la Producción aclararon que la estructura burocrática del Enparo no se resentirá. La razón: los contratados no cumplían tareas vinculadas con lo portuario sino que se encargaban de organizar las actividades del ciclo «Puerto Cultura» que promovió Grande. En ese marco se realizaron conciertos de tango los domingos por la noche, se trajeron a la ciudad partituras y un bandoneón del Museo de la Fundación Piazzolla y se organizaron jornadas de educación vial.
«Eran todas actividades propias para la secretaría de Cultura, no para un Ente Portuario», indicó el asesor ministerial. Estos eventos fueron impulsados por María Herminia en especial durante el 2003 cuando fue candidata a intendente por uno de los sublemas justicialistas. El balance del año pasado aún no fue aprobado por el directorio del Enapro. Alguno de sus nueve miembros podría cuestionar los fondos utilizados por Grande para estos eventos «extra portuarios». Como el Enapro es un ente autárquico que se financia con las concesiones que explotan servicios en el puerto local, podrían acusarla de administración fraudulenta.
Hay otros antecedentes de la dudosa eficacia de la ex funcionaria reutemista para manejar las cuentas del Enapro: los balances tanto del 2001 como el del 2002 fueron cerrados y luego aprobados con importantes déficits -pese a los altos ingresos- por el elevado gasto del Ente.
En el Ministerio de la Producción están investigando el estado de las concesiones del puerto local que en total suman seis: además de la terminal multipropósito que se encuentra en manos del grupo hispano Port de Tarragona -único oferente en la última licitación tras el fracaso del grupo filipino Ictsi- se concesionaron las terminales VII y VII, un astillero, la Estación Fluvial de Rosario y varios permisos de pesca.
La nueva administración del Enapro detectó además otros gastos elevados que fueron considerados «inncesarios». El ministro Desideri ordenó reducir a la mitad los gastos de telefonía celular y otro tanto los gastos de movilidad. «No se trata de un proceso de ajuste sino de racionalización de los recursos mal utilizados por la anterior gestión», explicaron desde el Ministerio de la Producción.
fuente: Guillermo Zysman, diario Rosario/12 (12/Feb/2004)