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Las luciérnagas son insectos asombrosos que están más cercanamente emparentados con los escarabajos, salvo que han desarrollado la habilidad de la bioluminiscencia que controlan a placer, en la India, un fotógrafo retrata los momentos más alucinante en una reserva natural.
Cuando ver una luciérnaga, algo que resultaba tan común hace apenas unos años, se convierte en un acontecimiento extraordinario es síntoma (otro más) de que algo malo está pasando en el campo.
La bioluminiscencia de las luciérnagas ha cautivado al hombre desde antiguo convirtiéndolas en una especie de ser mágico, protagonistas de todo tipo de mitos y leyendas. Sin embargo se trata de un fenómeno más común de lo que creemos en la naturaleza.
Hay ocho especies de luciérnagas en la India, y son las más abundantes en los bosques húmedos del área de Sahyadris que es una parte de la cordillera de los Ghats occidentales. Es un lugar perfecto para excursiones de luciérnagas nocturnas. En sólo un par de horas en coche desde Mumbai, puedes encontrar algunos paisajes naturales increíbles que se vuelven aún más hermosos después del anochecer, iluminados por miles de insectos milagrosos.
Algunas aldeas han empezado a celebrar festivales anuales de luciérnagas durante unas semanas antes del comienzo de la temporada de monzones (medio mayo a mediados de junio) cuando las luciérnagas están brillando para atraer al sexo opuesto para el apareamiento. Estos extraordinarios escarabajos viven la mayor parte de su vida como larvas, lanzando una luz de corta duración pero magnífica para reproducirse y luego morir.
El fotógrafo de luciérnagas
La habilidad de capturar la esencia más pura de los animales en estado salvaje, es una de las más hermosas, pues se trata de inmortalizar el comportamiento más genuino de la naturaleza. Sriram Murali, quien es un apasionado fotógrafo, cineasta y narrador, está altamente comprometido en genera consciencia sobre la contaminación lumínica con la que inundamos al planeta y para generar un impacto con su arte, decidió emprender una aventura para inmortalizar el brillo de millones de luciérnagas en su estado más puro, emitiendo su alucinante brillo con gran fuerza.
Un parpadeo sincrónico y armonioso
La expansión de la gran mancha urbana ha ido poco a poco robándole más territorio a los ecosistemas naturales. Desafortunadamente no hemos logrado una coexistencia en armonía, sin perturbar a la naturaleza que requiere de la oscuridad y el silencio. Con anterioridad, en los pueblos rurales era más común atravesar por trayectorias oscurecidas en donde las luciérnagas brillaban sin cesar. Pero hoy en día, estos pequeños insectos han ido en declive y cada vez es más raro observarlos.
Existen alrededor de dos mil especies distintas de luciérnagas y todas ellas cuentan con órganos productores de luz.
Este proceso de generar pulsos de luz va más allá de la estética natural, es en realidad un lenguaje intrincado que les ayuda en distintos comportamientos como el reproductivo. E incluso existen casos en donde toda una comunidad de luciérnagas son capaces de armonizar sus brillos y parpadean en perfecta sincronía. Observar este fenómeno no es sencillo, pues sólo se presenta en ciertas especies de luciérnagas y además depende de la salud poblacional de la comunidad, es decir, sólo sucede cuando la cantidad de insectos es verdaderamente grande.
Luciérnagas en su estado más genuino
El fotógrafo Sriram Murali en su investigación sobre los impactos de la contaminación lumínica, se encontró con un estudio que afirmaba que tal parpadeo sincrónico ocurría en la especie de luciérnagas de la Reserva de Tigres de Anamalai en India, decidió viajar hasta aquella región del globo terráqueo para ser testigo de tal belleza.
Allí logró captar lo inimaginable para aquellos que se encuentran muy alejados de la gran oscuridad, un mundo mágico de pulsos lumínicos de millones de insectos perfectamente sincronizados. A través de fotografías y un cortometraje, Murali nos muestra escenarios en donde predominan elefantes y tigres, pero que cuando cae la noche se convierte en el reino de las luciérnagas.
A través de sus fotografías se observan millones de estos hermosos insectos que fulguran con tal poderío que logran iluminar el bosque por completo. Murali también reconoce que este gran paraíso es posible gracias a la gran labor de conservación que lleva a cabo la Reserva de Tigres de Anamalai, que ha dejado intacto el hábitat natural.
Puede que en las grandes ciudades la oscuridad no forme parte de las comodidades, sin embargo, en la naturaleza la negrura es necesaria pues sólo de esta forma lo inimaginable puede surgir.
Fuente: NuestroClima.com