Desde el Partido Humanista de Entre Ríos, la dirigente y abogada concordiense, Bernardita Zalisñak, señaló el posicionamiento ante el ajuste y el debate de la Ley de Bases.
“En pocas semanas el poder de superviviencia de los salarios y jubilaciones fue pulverizado por la inflación, aún cuando todavía no se efectivizaron los nuevos aumentos del transporte y los servicios que se esperan para los próximos días”.“El ajuste de esta incipiente gestión de gobierno se trata de uno más de los que ya se han sufrido en este país en los distintos ciclos neoliberales, con el agravante neoconservador de lo brutal que resulta la concepción de `shock´ con la que se está implementando y todo lo que se anuncia que va a venir”, afirmó Zalisñak a esta Agencia.
Esta gestión nacional, al asumir, “devaluó más del 100 por ciento la moneda y liberó todos los precios, lo cual ha resentido a todas las economías familiares que deben resistir el aumento descomunal de todo lo que es de primera necesidad: alimentos, combustibles, remedios, transporte y alquileres. En pocas semanas el poder de superviviencia de los salarios y jubilaciones fue pulverizado por la inflación, aún cuando todavía no se efectivizaron los nuevos aumentos del transporte y los servicios que se esperan para los próximos días, que serán inmovilizantes para todos los sectores de trabajadoras y trabajadores”.
“A quienes se consideraban clase media porque salían de vacaciones, cambiaban el auto, usaban tarjeta de crédito, mandaban a los hijos a colegios privados, o tenían servicios de medicina prepaga, ya se habrán dado cuenta que no fueron los beneficiados”, enfatizó la dirigente del Partido Humanista. “Todo esto sumado a la gran cantidad de empresas que anuncian cierres y nuevos despidos en todos los niveles, la imposibilidad de las personas de afrontar la vida que se venía sosteniendo, sin contar con el esfuerzo social que se hacía desde las políticas que lo promovían desde los castigados por el voto bronca, voto castigo, voto kamikaze, o como hemos dicho en otras ocasiones, el voto genosuicida”.
Zalisñak destacó que el licenciado Guillermo Sullings, quien sigue siendo un incuestionable referente en economía para el humanismo, “ha planteado que de esta manera y con todo lo que se pretende en el DNU y la Ley de Bases (conocida como Ley Ómnibus), no se podrá alcanzar el equilibrio fiscal que exige el FMI y que sigue siendo el caballito de batalla de los neoliberales, porque el fisco no va a tener ingresos, no va a aumentar recaudación. Lo que viene es el ciclo de más ajustes, otra devaluación, más inflación, y más represión”.
Analizó en tal sentido que: “Si a todo eso sumamos la reforma impositiva, que no va a los que más tienen ni la casta, sino que la presión va a ser sobre todos los sectores que ya la vienen sufriendo; si sumamos la intención de licuar y privatizar las jubilaciones, otra vez para pasarlas a la timba financiera con el hambre y la desprotección de millones de personas adultas mayores; todo esto del ajuste lo que hace es demoler los derechos fundamentales de cada una de las millones de personas, en favor de la concentración económica en los mismos de siempre, con los mismos ministros y empresas interesadas que siempre estuvieron en los gobiernos liberales”.
En este sentido, consideró Bernardita Zalisñak: “Plantean la privatización de lo público, la penalización de los derechos a la protesta, a huelga, a la organización social y sindical, la pérdida de derechos laborales, la entrega de los recursos naturales y las tierras a empresas extranjeras, la autorización para el endeudamiento ilimitado y centenares de otros artículos destructivos”.
No quiso dejar pasar la oportunidad para repudiar “la violencia represiva sobre las personas manifestantes y trabajadoras de la prensa de los últimos días”.
Con respecto a la continuidad del debate por la Ley de Bases, remarcó que desde el Partido Humanista de Entre Ríos: “Esperamos que los y las representantes en el Congreso, que por odio, ignorancia o corrupción ya votaron la ley en general, depongan la actitud irresponsable de llevar, institucionalmente, a desconocer derechos. Esperamos que la gente oriente el descontento hacia los verdaderos responsables de este desastre y ojalá se empiecen, finalmente, a entender estos hechos como signos de los últimos coletazos de un sistema inhumano, y que la indignación sea transformada en la lucha que imponga una democracia real y participativa, que nos exija la construcción de una sociedad no violenta y solidaria”, concluyó.