PRESSENZA · Ecología y Medio Ambiente
Acercarse a pensar en el próximo cambio de siglo, el siglo 22 de nuestra era, es un tema del cual poco se conoce, de echo son tantos los posibles escenarios de esa celebración, o incluso, si habrá una celebración o será esta una fiesta gris y obscura. Este es un tema que no queremos realmente asumir.
Los datos concretos son que yo no estaré aquí para verlo, ni tampoco mis hijos estarán, pero si mis nietos que estarán cerca de los 80 años de edad. Podemos decir entonces que ya conocemos a quienes deberán vivir en las condiciones que les dejaremos.
¿Cuáles condiciones les dejaremos? ¿Como será el mundo del 2100? Hago un pequeño esfuerzo de imaginación y resumen muy somero de lo que al parecer tendremos con una alta probabilidad y un sueño que estimo, es posible de lograr.
1. Clima global.
Hoy en el año 2024, podemos constatar el hecho que el año 2023 ha sido el año más cálido del cual se tiene registro, con un aumento de temperatura de 1,48 grados Celsius en promedio. Ya hemos prácticamente alcanzado la temida meta de aumento de 1,5 grados Celsius desde la época industrial, este límite se suponía lo alcanzaríamos el año 2030, según se proyectó en 2020 pero nos adelantamos 7 años, lo que también nos permite concluir que vamos con una rápida velocidad de calentamiento. Esto ocurre dadas las actuales emisiones de gases de invernadero, que nos están sacando de la estabilidad del Holoceno, dando mucho sustento al nombre de Antropoceno a esta era que estamos generando, los seres humanos.
¿Qué importa que la temperatura global crezca? El derretimiento de los polos y de los glaciares en todo el planeta, aumenta el nivel del océano y se calcula que para el 2100, estos podrían estar 7 metros más arriba que lo actual, cerca de 2.000 millones de personas viven actualmente en ciudades que quedarán bajo el agua y por tanto deberán desplazarse hacia otros lugares, generando migraciones sin precedentes, asunto que ha empezado, siendo lo que hoy observamos, solo una pálida demostración, de lo que ocurrirá en las próximas décadas. Lo segundo es que el régimen de lluvias y eventos climáticos cambiará aún más, ciclones, tornados, lluvias como los monzones, etc, debido a una mayor temperatura del mar y la mayor absorción de Energía del planeta, al no tener la superficie blanca de los hielos, que refleja los rayos solares de vuelta al espacio. Las consecuencias de estos efectos climáticos sobre la producción de alimento en el planeta por parte de la agricultura, es algo difícil de imaginar aún, pero por decir lo menos, se requerirá de muchas adecuaciones en el sistema productivo para mantener la producción.
2. Las personas.
El centro de nuestra sociedad somos nosotros, los habitantes del planeta, esto en genérico se ve frio, números dispersos, pero si ponemos los rostros de nuestros nietos y sus hijos, es algo que se empieza a ver de una manera más humana. Cada uno de ellos pienso, estará mucho más comprometido con el medio ambiente y los efectos que cada uno genera sobre este. Hoy ya tenemos mucha información en línea de los fenómenos que ocurren y por tanto es posible generar ciencia y consciencia sobre nuestros efectos y como minimizarlos. Espero también que las tendencias que hoy se observan de menor crecimiento poblacional, ya se hayan plasmado en franco decrecimiento y ayudados por máquinas, robots e inteligencia artificial, se puedan hacer muchos trabajos humanos con apoyo mecánico y por tanto la población del mundo y por tanto la presión sobre sistemas naturales, sea mucho menor. Una
población como la del siglo 19, con la tecnología del siglo 22, sería un punto muy favorable de lograr. Sin duda que será complejo el tránsito de un punto a otro, pero ¿es fácil la vida hoy? Las guerras actuales y las futuras por agua y poder cederían, al tener una visión más global y sistémica y a su vez tomar la responsabilidad de los jóvenes hacia sus mayores y hacia su entorno, la consciencia global y la experiencia local es algo que hoy dia aumenta y se vive.
3. La Energía.
El mundo del petróleo habrá terminado, es altamente probable que este ya no se use, excepto en algunos productos o procesos muy específicos, y sean aquellas Energías provenientes del sol, el viento, la tierra y las mareas, las que ayuden a nuestra sociedad a moverse. No me cabe duda que la tecnología de ese momento, ya habrá resuelto los aspectos de reciclabilidad de los equipos solares u otros requeridos para generar energía.
4. La sociedad.
La organización humana, su sociedad, debiera estar más dispersa, con una producción e intercambio mucho más local, el movimiento de personas por el mundo es posible que se haga más lento, sin los aviones que consumen miles de toneladas de petróleo por hora, sino recuperar los barcos de vela y energía eléctrica con cascos y equipos ultra refinados que aunque se desplacen más lento que un avión, puedan causar menos daño y dejar huellas más “borrables” en nuestro medio ambiente. Una mayor comunicación entre vecinos, una producción local de alimentos en pequeñas parcelas de media hectárea, más cerca una de otra y la ayuda de los vecinos para realizar con trabajo humano y animal, las tareas de producción y con el secuestro orgánico de carbono en los cultivos, es un escenario muy real y factible de lograr.
Las grandes megápolis pueden resultar cada vez más caras de mantener y de administrar. La era de las comunicaciones puede acercar a vecinos rurales y su trabajo con otros lugares, dando una nueva perspectiva y un regreso a una vida rural 2.0, mucho más conectada y sustentable que la ciudad industrial del siglo 20.
5. El mundo natural.
La recuperación de espacios silvestres como el Amazonas y la existencia de parques nacionales extensos e intercomunicados, donde la fauna y flora silvestre pueda nuevamente poblar y crecer en lo que queda de este siglo en sus poblaciones y biodiversidad, es algo que me imagino posible. Esta es otra manera de secuestrar carbono. Los términos económicos y de compensación que se pueden diseñar para que se liberen grandes espacios naturales y se compense a los países por hacerlo es posible, la moneda de cambio es calidad de vida, estabilidad climática y biodiversidad que permite evitar la dispersión caótica y descontrolada de enfermedades y eventos climáticos catastróficos.
Esta situación es factible de ser construida, es ahí donde veo el verdadero Antropoceno instalándose y realmente el ser humano, con su inteligencia y las fantásticas herramientas que ha construido en el curso de su meteórica evolución industrial, pueda capitalizar en algo noble y amable para nuestros nietos y sus hijos y sus nietos, este tiempo complejo del siglo 21 y su tránsito hacia el siglo 22.
Este período debiera ser el nacimiento de una sociedad del futuro con nuevas energías y un gran respeto natural, “somos los anales remotos del hombre, estos años son el pasado del cielo” cantaba Silvio Rodríguez y pienso que hay un gigantesco desafío por delante y nosotros, los que hoy podemos leer estas ideas, tenemos el poder y el deber de hacer un mundo mejor para nuestros nietos, para cada uno de ellos.
Fuente: PRESSENZA.COM