Cuando todo hacía suponer que la actividad volvía a la normalidad, la Facultad de Medicina quedó otra vez tomada. Así, el conflicto desatado hace nueve días se profundizó y puso en tela de juicio la legalidad de la medida adoptada por los estudiantes. Es más, la decana Raquel Chiara hasta se atrevió a compararla con la toma del ex sanatorio Rawson. «Estos chicos ya perdieron toda lógica; están en un camino sin retorno», disparó indignada. La furia de la directiva obedece a que los estudiantes cambiaron repentinamente el compromiso de levantar la medida y esperar a una nueva reunión el martes. A ese acuerdo se había llegado por la mañana durante una reunión con otras autoridades de la facultad para discutir el sistema de practicanato obligatorio votado por el Consejo Directivo el pasado 2 de octubre. Pero terminada la reunión, una asamblea decidió lo contrario.
El conflicto se desató hace nueve días, luego de que se aprobara la puesta en funcionamiento de la práctica final obligatoria. Los jóvenes reaccionaron tomando la facultad. En medio de la crisis, el debate continuó entre docentes y estudiantes. Los primeros insisten en la necesidad de la aplicación de la práctica final, y los segundos argumentan que se convertirá en una suerte de «examen de egreso».
Finalmente, dispuestos a encontrar un canal de diálogo, los estudiantes acordaron con el propio vicedecano, Juan José D’Aloisio, levantar la toma y sentarse a una misma mesa de discusión, único modo por el que los profesores aceptaron concurrir.
El cónclave se concretó ayer y participaron el propio D’Aloisio, con el apoyo de nueve docentes, y el presidente del centro de estudiantes, Diego Ainsuain, junto a ochos alumnos.
Luego de más de dos horas de debate, ambas partes acordaron volver a verse las caras el próximo martes al mediodía para discutir a fondo la obligatoriedad de la práctica final. Y antes de retirarse, los alumnos se comprometieron a garantizar el funcionamiento normal de la institución. Pero este compromiso se esfumó una vez que lo hicieron público a los cerca de 200 jóvenes que aguardaban en la puerta de Ciencias Médicas. En una asamblea improvisada, el grupo se negó rotundamente a dejar sin efecto la toma y los estudiantes volvieron al ruedo.
«La propuesta del vicedecano es una burla porque no hay garantías para llegar a un acuerdo final», dijo el dirigente Damián Verzeñassi mientras marchaba, dos horas después, por la peatonal Córdoba hacia la sede de gobierno de la Universidad Nacional de Rosario (UNR).
El motivo de la movilización era entregar un proyecto alternativo en el que sostienen que la práctica final debe ser electiva. Durante el trayecto, los jóvenes se toparon con el secretario académico de la UNR, Alberto Petracca, a quien le entregaron la propuesta. También hicieron lo propio en el ex hotel Italia, tras lo cual volvieron a la facultad. Allí permanecerán durante el fin de semana largo.
La decana, furiosa
La intempestiva decisión de los estudiantes de seguir con la toma sacó de las casillas a la decana Chiara. La directiva recordó que el próximo martes las partes volverían a verse las caras con la facultad en funcionamiento, por lo que no se explicaba el motivo del giro que se le dio a la cuestión.
«Ya no entiendo más nada», dijo minutos después de haberse enterado del regreso de la toma. Para la máxima autoridad académica de Ciencias Médicas, la discusión del conflicto tiene que ser «seria; aparte, se está hablando de incorporar el practicanato a partir de mayo de 2004», agregó, antes dejar en claro que «aún hay tiempo para seguir discutiendo en otros términos».
En rigor, Chiara también se manifestó preocupada ante la posibilidad de que la profundización de la pelea termine por perjudicar las clases sustancialmente. «No sé qué pensar, porque acá se ha perdido toda lógica; estos estudiantes están en un camino sin retorno», espetó. En esta sintonía, puso de manifiesto la intención de los docentes de abrir el diálogo habiéndose sentado a una mesa de negociación.
El decanato de Medicina considera que la toma es «ilegal», ya que los alumnos «ni siquiera pidieron una reconsideración al Consejo Directivo». Teóricamente, esa es la primera instancia de replanteo, que luego debería continuar en el Consejo Superior y el Ministerio de Educación. Indignada, Chiara remarcó que se «está atentando contra la forma de gobierno de la facultad».
Y ante una pregunta, la decana dijo que lo que está ocurriendo en su facultad es «algo así» como la toma del ex sanatorio Rawson por parte de un grupo de estudiantes que reclamaron que el edificio abandonado se convirtiera en un albergue estudiantil. El caso terminó en aquella oportunidad cuando la policía los desalojó tras haber permanecido allí 24 días, y en un operativo donde no faltaron algunos incidentes.
fuente: Carla Rizzotto – Pablo R. Procopio, diario La Capital