Clara preferencia por el socialismo en el centro y por el PJ en los barrios. Lifschitz, consagrado el domingo, es el que menos sufragios sacó desde 1983, siete elecciones mediante. ver gráfico
El mapa que arrojaron las elecciones del domingo para intendente pinta un claro contraste entre las preferencias del centro y los barrios. El coloreado de la infografía que acompaña esta nota es contundente y muestra la primacía consagrada por el socialismo en los bulevares, y que se extiende a la seccional 10ª paralela al río y bulevar Rondeau (barrios La Florida, Alberdi, Sarmiento y Celedonio Escalada), y cómo el peronismo resultó claro dominador en las zonas más alejadas y marginadas.
El porcentaje más alto que logró el socialismo lo tuvo en la seccional tercera, comprendida por peatonal Córdoba, Paseo del Siglo, bulevar Oroño y el río, donde trepó al 38,56 por ciento de las voluntades, seis puntos por encima del promedio. Mientras, los candidatos justicialistas sumaron el 21,23%.
El peronismo, de manera ilustrativa, logró la mejor marca en un barrio del noroeste ubicado más allá de la avenida de Circunvalación, Nuevo Alberdi (seccional sub 2ª), donde alcanzó el 41,49% con Norberto Nicotra como el más votado (sublema de Jorge Obeid) seguido de Analía Carrió (Héctor Cavallero) y Marcelo Muniagurria (Alberto Hammerly). Allí el PS mereció el 29,88% aunque la marca más baja la sufrió en dos barrios contiguos, Empalme Graneros y Antártida Argentina (seccional Sub 1ª y 17ª), con poco más del 27%.
De la lectura de los números surge otro dato que más finamente analizarán los entendidos: en las zonas donde el sufragio justicialista fue más alto, resultó igualmente elevado el voto en blanco.
Desde la seccional 11ª (donde empezó a ganar el peronismo) hasta la sub 2ª el voto en blanco corrió de manera sostenida por arriba del 14% y trepó hasta el 18%, siendo que en el centro siempre había oscilado entre los ocho y nueve puntos.
El primer razonamiento que dispara el detalle es que allí parte de los votantes censuraron al oficialismo pero absteniéndose de votar a otras fuerzas. Los votos al ARI y al PDP-Recrear (Horacio Usandizaga) fueron también menores y cayeron al cinco, cuatro y hasta tres por ciento.
Todo ello, se presume, contribuyó a que la victoria del oficialista Miguel Lifschitz haya resultado ajustada, sin que le sobre prácticamente nada. Cabe también la mención de Tiro Suizo (seccional 15ª) donde también ganó el socialismo.
Quienes se preguntaban si Néstor Kirchner tendría poder para gobernar con el 22 por ciento de los votos, bien podrían reiterar ahora sus dudas, pues es el mismo porcentaje que obtuvo Lifschitz.
Con 99.192 votos propios el socialista cosechó el 22,24 por ciento del total de votos válidos emitidos el domingo pasado (446.058), escrutado el 92 por ciento de las mesas. Pero sumado el aporte del radical Angel D’Ambrosio, el chachista Juan José Gianni y otros, el lema socialista alcanzó el 32,69%. En caso de que el triunfo le hubiese tocado al justicialismo, el respaldo personal del eventual intendente Nicotra habría resultado menor, ya que estuvo en el orden del 12% del total.
Desde 1983 a la fecha y tras siete elecciones celebradas en Rosario, Lifschitz es el intendente con menor caudal contado en la urna, se tomen como referencia tanto los votos del sublema o los del lema que lo tuvieron por candidato.
La comparación con elecciones anteriores desnuda de qué manera se le licuaron voluntades al oficialismo y cuán difícil le resulta al justicialismo superar el 35 por ciento que le posibilite el primer triunfo a intendente -en un escenario favorable como este- de la era posdictadura.
En 1999, cuando fue reelecto, Binner alcanzó con la Alianza Santafesina el 59,86%: 303.384 votos para intendente. Cuatro años antes, en el 95, había contado el 54,31% (266.293 votos). El domingo pasado, diáspora de los radicales mediante (los que con Usandizaga fueron a Recrear-PDP), el PS bajó a cerca de la mitad de aquellos guarismos: 145.805 sufragios, el 32,69%.
Para intendente el lema PS estuvo 70.000 votos por abajo y 13 puntos menos que la fórmula a gobernador Binner-Paulón. Lo mismo le pasó al PJ, cuyos candidatos sumaron 25.000 votos menos que los de gobernador (140.000 sobre 165.000). De lo contrario, hubieran triunfado.
La oferta electoral para intendente le resultó a la ciudadanía menos atractiva que la de gobernador.