El 28 de junio del corriente año quedara marcado en la historia política de nuestro país como el Día de “Las Urnas traidoras”. Normalmente y también ocurrío en este caso, se habla siempre antes de las elecciones, de “probable fraude electoral”, obviamente el fraude lo cometería el oficialismo… El 28 de junio del corriente año quedara marcado en la historia política de nuestro país como el Día de “Las Urnas traidoras”. Normalmente y también ocurrío en este caso, se habla siempre antes de las elecciones, de “probable fraude electoral”, obviamente el fraude lo cometería el oficialismo.Pero Oh!! Sorpresa, en esta ocasión el fraude se lo cometieron al oficialismo.
Claro que la pareja gobernante, hablo de traición de los Intendentes. Sabido es, que los que en teoría están más cerca del pueblo son los intendentes y presidentes comunales. Por su contacto directo con la población de su pueblo o ciudad. Son ellos los que reciben en primer lugar las quejas y reclamos de los habitantes. También en muy pocos casos, algún aplauso y/o felicitación de sus vecinos. Pero casi siempre son re-electos si hicieron las cosas medianamente bien.
Tildar de traidores a quienes ponen la cara todos los días ante sus “contribuyentes” es desconocer la realidad, y especialmente tener una gran dosis de soberbia.
Los “Alcaldes” en su gran mayoría sabían que estaba diciendo la gente, no solamente por la famosa 125 en contra del campo. También las amas de casas se quejan de las cifras que da el INDEC, pues ellas saben mejor que nadie que los precios aumentan mas seguidos de los que piensan los funcionarios Nacionales.
Las urnas solo recogieron la “sensación” que hay en la calle, donde la inseguridad es una mochila difícil de llevar y la desocupación tiene algún digito mas de lo que plantean los cráneos del palacio de economía. El matrimonio Presidencial tiene algo más de dos años para intentar corregir el rumbo. La mayoría deseamos que lo haga, pero también deben saber ellos que ya perdieron la credibilidad y por más que cambien, en el 20011, tendrán que volverse a su provincia, pues el ostracismo político les llegara inexorablemente. No podrán seguir echándole la culpa a los Intendentes traidores y mucho menos a la derecha. Nadie quiere un golpe más en la argentina, pero tampoco queremos soberbios en el poder.
Julio Ramírez
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