«El legislador de Acción Humanista apuntó que “hay posibilidad de lograr incidencia en votaciones parlamentarias a través de la masificación de la participación y la expresión social”. Enfatizó: “En el movimiento social hay una fuente de apoyo y de incidencia…
Redacción Chile
«El legislador de Acción Humanista apuntó que “hay posibilidad de lograr incidencia en votaciones parlamentarias a través de la masificación de la participación y la expresión social”. Enfatizó: “En el movimiento social hay una fuente de apoyo y de incidencia política que puede ser muy importante para las transformaciones y puede cambiar los pesos relativos” en el Parlamento. Llamó a no quedarse en lo secundario respecto al reciente cambio de gabinete y sobre las quejas del Partido Liberal y el Partido Radical, expresó: “El partido que quedó más dañado, más damnificado y no se lo menciona, se llama Acción Humanista, que tenía sólo una subsecretaría y que ahora quedó sin representación en el Gobierno”.
Hugo Guzmán. Periodista.
Pocas horas después del cambio de gabinete del viernes, pareció que lo episódico, lo anecdótico, se comió lo sustancial, con el cambio de sillas en el salón Montt de La Moneda, el atraso en la ceremonia, si Marta Maurás iba a ser la Canciller.
El cambio de gabinete tenía como propósito avanzar de la mejor forma en el trabajo del Gobierno, en el proyecto que nos llevó hasta La Moneda, profundizar la concreción del programa del Gobierno. Eso es lo relevante. Que el Presidente (Gabriel Boric), pueda contar con un conjunto de hombres y mujeres comprometidos con el programa y con la implementación del mismo y, desde ese punto de vista, me parece absolutamente secundario, superfluo, toda ese suerte de anecdotario que rodeó el cambio de gabinete. La farándula respecto a cuantas sillas había y cuántas quitaron, a quién se saludó primero, los cambios de hora, ir como lo más importante a las anécdotas, habla de poner la mirada en lo secundario y no lo primario.
Sin embargo, hubo episodios políticamente fuertes. El Partido Liberal quedó lastimado, su presidente tuvo que renunciar porque les quitaron al único ministro que tenían, el Partido Radical se quejó amargamente de que su presencia en el equipo de Gobierno es baja.
Quiero aclarar el punto. El partido que quedó más dañado, más damnificado y no se lo menciona, se llama Acción Humanista, que tenía sólo una subsecretaría y que ahora quedó sin representación en el Gobierno a nivel de ministros y subsecretarios.
¿Van a tomar alguna medida, se lo van a enrostrar a La Moneda?
Nosotros no enrostramos, quiero ser muy claro al plantearlo. Pero le hemos manifestado al Gobierno nuestra preocupación y le hemos expresado que esto genera una situación complicada al interior del partido donde evidentemente se produce frustración, no por un problema de cupos y cargos, sino porque verdaderamente hay la voluntad de querer aportar, incidir, contribuir al buen desarrollo del Gobierno. Cuando se dice que el Partido Liberal se quedó sin ministro, en realidad Acción Humanista estaba sin ningún ministro y seguimos sin ningún ministro.
Que el Partido Liberal haya quedado fuera del gabinete o que el Partido Radical se sienta disminuido, en última instancia respeto la atribución presidencial de definir su equipo que lo acompaña. Por cierto que todos queremos más participación, queremos más lugares desde donde incidir y, en este momento, con toda franqueza, hemos planteado la necesidad de corregir este tipo de situaciones y evitar que en un partido que ha sido leal y comprometido con el Gobierno, empiece a crecer la frustración y la desafección.
La que está muy contenta es la presidenta del PPD
Bueno, llama un poco la atención y queda la sensación de que a veces quien golpea la mesa, o abre una lista electoral paralela, quien no acoge un llamado importante del Presidente a tener una lista unitaria, termina celebrando una mayor presencia en un cambio de gabinete.
No cabe duda que había un desequilibrio a nivel de subsecretarías, sin embargo, no corresponde estar pensando en premiar a un partido en particular y unas posturas en particular. Quiero creer que el Presidente tuvo frente a él una situación muy compleja en la cual había que buscar mucho equilibrio entre coaliciones, dentro de cada coalición, dentro incluso de cada partido, paridad de género, y en base a eso tomó las decisiones que tomó, junto con buscar personas adecuadas.
El Presidente Gabriel Boric insistió mucho en mejorar la gestión en función del programa y los objetivos del Gobierno. Pero hay sectores, sobre todo de la oposición, que plantean que mejorar la gestión es bajar contenidos del programa.
La oposición que plantea eso es la misma oposición que le niega a las familias chilenas y a las Pymes contar con los recursos necesarios para poder responder a sus necesidades, es la misma que ha ido permanentemente poniendo trabas a la gestión del Gobierno. Claramente esa oposición no está sólo en la derecha tradicional, sino en sectores que se visten de centro o incluso de centroizquierda, y en donde priman otros intereses por sobre los intereses del país y tratan de desmantelar el programa que impulsa el Gobierno y el Presidente Boric.
No hay que confundirse. Necesitamos buena gestión para impulsar de la mejor manera el programa del Gobierno y las transformaciones que se están planteando. Esto no es una cosa en vez de la otra. Es contar con los mejores equipos para efectivizar lo que está pendiente del programa.
“Lograr incidencia en las votaciones parlamentarias a través de la participación social”
Pero la derecha y la extrema derecha sin excepciones votaron en contra de la idea de legislar la reforma tributaria, es decir, ni siquiera discutirla en el trabajo legislativo. Se espera algo parecido con otros proyectos. Cómo enfrentar esto si el Gobierno no tiene mayoría en el Congreso, y a la derecha se suman esos legisladores que se autocalifican de centro o independientes.
Hay que pensar en otras opciones. La correlación de fuerzas en el Congreso es compleja, es negativa para nosotros, se develó algo que yo había planteado, que somos minoría en el Congreso y no hay que engañarse. Frente a eso uno puede quedarse llorando y lamentándolo, o bien puede apelar a una fuerza que me parece que es fundamental y no se la considera con la debida importancia. Me refiero a las fuerzas sociales, al mundo social, me refiero al apoyo ciudadano, a las miles y cientos de miles de personas que apoyan al Gobierno y al Presidente Boric, y quieren que le vaya bien.
Soy un convencido de que si el Gobierno apela a la ciudadanía, si el Gobierno y el Presidente se pone junto a la ciudadanía, a incentivar las demandas que se expresan, se ponen junto a la gente que quiere y necesita las reformas, más de algún parlamentario puede cambiar su voto a favor de las reformas, porque están pensando en los apoyos de esa ciudadanía, están pensando en futuras elecciones.
Uno puede mirar lo que hizo el Presidente Gustavo Petro en Colombia, donde incluso él mismo salió a marchar junto a la gente, movilizó a la ciudadanía para que apoyaran las reformas, y eso está dentro del campo de lo posible. Sería muy valorado en la ciudadanía ver a integrantes del Gobierno, al Presidente, totalmente vinculados con el mundo social. Pero ojo, todos tenemos ahí una tarea pendiente, me incluyo, todas y todos tenemos que convocar al movimiento social y estar juntos en la defensa de las reformas que van en beneficio de la gente. Hay una posibilidad muy grande de lograr incidencia en las votaciones parlamentarias a través de la masificación de la participación y la expresión social.
Estuvo la marcha de dos millones de personas en la Ciudad de México a favor de las reformas, y el Presidente Andrés Manuel López Obrador marchó con la gente…
Exacto, somos gobiernos progresistas, somos gobiernos que provenimos de los movimientos sociales, de las luchas y las movilizaciones en las calles, y eso no se tiene que perder. Algunos somos mayores en edad, y estuvimos en la calle luchando por la recuperación de la democracia, otros son más jóvenes y estuvieron en la calle luchando por los derechos sociales, de educación, salud, de pensiones dignas, y eso no debe perderse nunca. El mismo Presidente Gabriel Boric proviene de esos movimientos. En el movimiento social hay una fuente de apoyo y de incidencia política que puede ser muy importante para las transformaciones y puede cambiar los pesos relativos en las votaciones en el Congreso. El mundo social puede incidir en las votaciones en el Congreso.
Esto de las reformas o proyectos no cambia sólo por una conversación institucional de las representaciones políticas, por una conversación política solamente, esto cambia también por una expresión ciudadana que tome fuerza y vaya en conjunto, de la mano, con la acción del Gobierno.
¿No es momento de que los partidos políticos oficialistas hagan una autocrítica de eso, que lo tomen realmente? Porque están muy metidos en reuniones en La Moneda, conversaciones en las sedes partidarias, dando entrevistas, haciendo gestiones para cupos en el Gobierno, activando la conversación institucional, pero se ve poca convocatoria el mundo social, no se les ve muy vinculados al mundo social, motivando y convocando a los movimientos sociales, de hecho por ahí se dijo que el día 11 de marzo mucha gente de partidos en vez de movilizarse para ir a apoyar al Gobierno a La Moneda, se quedaron en reuniones internas.
Es un fenómeno que sucede a nivel mundial. Hay una desconexión de los partidos políticos respecto del mundo social, no es un fenómeno solamente chileno. Hay un vaciamiento de las instituciones en general y de los partidos políticos en particular. Eso nos habla de reflexionar sobre un nuevo modo de hacer política, de un nuevo modo de organización político-social. Ese vaciamiento en el caso de Chile es muy notorio, efectivamente la evaluación de los partidos es muy baja, la participación en las estructuras partidarias es muy baja y por tanto la capacidad de convocatoria que pueden tener los partidos también es baja. Ahí tenemos un desafío, tenemos una tarea que hay que enfrentar.