Buenos Aires. Diciembre 2022. Noticias Xinhua.
El Gobierno de Argentina iniciará el 2023 con el doble desafío de controlar la inflación y recomponer los ingresos de la mayoría de la población, afectados por más de cuatro años de recesión económica, opinó el economista argentino Ricardo Aronskind.
El profesor en la Universidad de Buenos Aires apuntó en diálogo con Xinhua que ante un 2022, en el que predominó un cuadro de acelerada subida de precios y escasez de divisas, las tareas pendientes del Ejecutivo deberán volcarse a una recomposición económica que pueda ser sentida por la mayor parte de los argentinos.
«La economía creció sobre todo en la primera parte del año. En este último tramo se está desacelerando y el cuadro general es un cuadro donde si bien hay crecimiento económico, hay una reactivación. Esa situación de mejora económica general no le llega a la totalidad de la población», indicó Aronskind.
«Hay algunos índices sociales que están mejorando muy levemente, pero no se nota un cambio sustancial, una reversión del cuadro de pobreza de una parte de la población», enfatizó.
El también investigador y magíster en relaciones internacionales dividió en dos etapas el panorama de la economía argentina este año.
Imágen del 14 de septiembre de 2022 de una mujer realizando compras en un supermercado mayorista, en Buenos Aires, Argentina. (Xinhua/Martín Zabala)
En la primera parte «se aceleró la inflación y se empezaron a crear las condiciones para una desestabilización cambiaria», mientras que en la segunda «cambiaron las autoridades económicas y se empezó a poner bajo control esta situación sin revertirla plenamente».
Argentina registró en varios meses del 2022 los niveles de inflación interanual más altos de los últimos 30 años y según proyecciones privadas, los indicadores de precios podrían cerrar el año con una variación cercana al 100 por ciento.
«Este gobierno, que es de base popular, tiene dos desafíos al mismo tiempo», afirmó el economista, al referir de manera clara como el primero de ellos «bajar estos niveles de inflación que tienden a reducir todo el tiempo el salario real».
«La segunda cuestión, si lograra con alguna medida más o menos contundente bajar el nivel de inflación, lo que tendría que hacer es recomponer los ingresos de los sectores populares que están muy dañados por estos tres últimos años de pandemia, crisis internacional y una ofensiva muy grande de los sectores empresariales en materia de precios», acotó.
En opinión de Aronskind, el gran problema de la inflación en Argentina es de carácter «endémico», con una larga historia, lo que supone un flagelo que no sólo ha de ser combatido por la vía de la política monetaria.
Imagen del 14 de septiembre de 2022 de una trabajadora cobrando productos en la zona de cajas de un supermercado, en Buenos Aires, Argentina. (Xinhua/Martín Zabala)
Consultado sobre los nueve aumentos del Banco Central de la República Argentina (BCRA) sobre la tasa de interés de referencia, que se ubica en 75 por ciento anual, así como la persistencia de un alto índice inflacionario, el economista añadió otros factores causantes del alza de precios.
«La inflación no tiene sólo una raíz monetaria (…) hay un impacto del alza de los alimentos y de la energía a nivel internacional, esos son aumentos de costos que aceleran el proceso inflacionario», precisó.
«Están también los comportamientos oligopólicos de los sectores dominantes. Hay puja distributiva entre distintos sectores de la sociedad, es decir, la inflación es un fenómeno complejo que no se arregla sólo con política monetaria», añadió el investigador.
Respecto a la falta de divisas, el especialista dijo que se combina una necesidad del país de manejar el «complicado cuadro de las reservas internacionales», con elementos relacionados a la productividad local.
Estos factores han provocado tensiones en el tipo de cambio y de manera sucesiva también han impactado en la inflación.
Para Aronskind, la situación «no parece revertirse», sino que «requiere de una política pública muy contundente, un paquete de medidas para cortar esa inercia inflacionaria», pero hasta ahora «el gobierno no tomó esas medidas».
Personas visitan los estands de comida tradicional china durante la celebración del Festival de Medio Otoño, en el Barrio Chino de la ciudad de Buenos Aires, capital de Argentina, el 10 de septiembre de 2022. (Xinhua/Martín Zabala)
Por otra parte, el economista se refirió a la relación de Argentina con China, al destacar las potencialidades del país sudamericano, que a su juicio trascienden del ámbito extractivo y apuntan a una mayor complementariedad entre ambos países, que pudiera estar dirigida a generar mayores condiciones productivas.
«El potencial de cooperación entre Argentina y China es enorme, porque en el caso de Argentina hay muchas cuestiones pendientes por hacer en materia de infraestructura, de desarrollo tecnológico», consideró.
«Argentina tiene un potencial increíble y necesita un socio que lo ayude a desarrollar ese potencial productivo», complementó el entrevistado.
Añadió que la Iniciativa de la Franja y la Ruta propuesta por China, a la que está suscrita Argentina, representa una oportunidad para materializar las posibilidades del país sudamericano de transformar sus materias primas y coadyuvar a un mayor desarrollo.
«Por ejemplo, China está colaborando con algunas provincias argentinas en la transformación del litio. Hay un potencial muy grande, productivo, que me parece que es el lugar que los argentinos esperamos que China asuma en apoyo de nuestro propio desarrollo», dijo.
«China puede jugar un papel muy destacado y puede haber realmente una relación de mutuo beneficio, cosa que no es habitual en las relaciones internacionales», concluyó el economista argentino.