Después de años de persianas bajas, la recuperación de algunos sectores de la economía local empiezan a mostrar su correlato en la generación de empleo. Y si bien esta tendencia positiva comenzó a partir de julio, en el mes pasado alcanzó cifras contundentes: Rosario ganó en noviembre casi 1.700 puestos de trabajo. Lo que significa que por cada día hábil del mes 85 personas ingresaron al mercado laboral. A la cabeza de este fenómeno se ubican los sectores vinculados a la construcción, el comercio y la industria metalúrgica. La titular de la delegación local de la Secretaría de Trabajo de la Provincia, Silvia López, difundió ayer estas cifras y se mostró optimista: «Daría la sensación de que esta mejora llega para quedarse».
Rosario está sumando empleos. Al menos esto es lo que indican los registros de la Secretaría de Trabajo de la provincia. En noviembre 3.083 personas ingresaron al mercado laboral, mientras que los despidos fueron 1.405. La diferencia es favorable: en los últimos 30 días la ciudad ganó 1.678 empleos.
Si bien el saldo favorable entre los ingresos y egresos de personal tiene ya cuatro meses, durante noviembre esta cifra se duplicó. Entre julio y octubre se lograron crear 3.337 empleos más, lo que significa un promedio de 834 puestos de trabajo nuevos por mes. Así, Menos de la mitad de los empleos creados durante noviembre.
«Desde julio comenzamos a notar una tendencia positiva en cuanto a la generación de empleo en Rosario, pero este último mes se ha consolidado», explicó López.
Al mismo tiempo, la funcionaria apuntó que en las empresas creció también la cantidad de horas efectivamente trabajadas. «Las suspensiones y las reducciones horarias que se venían dando no se han renovado con lo cual pensamos que se comenzó a prescindir de estos mecanismos», sostuvo.
Pero el registro de una mejora en el nivel de empleo en Rosario no es patrimonio único de la Secretaría de Trabajo de la provincia. También el Centro de Investigación en Finanzas (CIF) de la Universidad Torcuato Di Tella constató -en un informe divulgado ayer- que el índice de demanda laboral de Rosario aumentó un 4,88 por ciento en noviembre con respecto al mes anterior.
Este número -que se calcula en base a un relevamiento diario de los pedidos de trabajo publicados en la sección clasificados del diario La Capital- es el más alto del año y demuestra «una recuperación del empleo y el cambio de tendencia después de un 2001 en constante declive», según estimó el director del CIF, Martín González Rozada.
La construcción a la cabeza
La creación de empleos que comenzó a percibirse en julio tuvo como protagonistas fundamentales a las industrias vinculadas a la exportación. Y los frigoríficos ganaron la delantera. Pero en noviembre fueron la construcción, el comercio y la metalúrgica las que más empleados tomaron.
En el primer semestre del año, la construcción perdió 1.077 puestos. En cambio, entre julio y octubre la diferencia entre ingresos y egresos dio un saldo positivo de 200 personas. Y en noviembre llegó a 293.
En el comercio sucedió algo similar. Este último mes ingresaron al sector 691 empleados, mientras que las bajas alcanzaron a 280 personas. Lo que muestra una retención de 411 trabajadores.
La industria metalúrgica también está disfrutando su veranito. Durante noviembre los ingresos de personal llegaron a 448 y sólo se registraron 56 egresos.
«Creo que en este fenómeno hay dos actividades que son clave: la construcción y la metalúrgica -estimó López-. Esto no sólo se advierte en Rosario, sino en toda la zona sur de la provincia, donde a partir del segundo semestre del año bajó la pérdida de empleos y la conflictividad laboral».
Pero el repunte no se circunscribió a estos tres rubros. Otras actividades también incrementaron su planta. Este último mes se tomaron en Rosario 129 vigiladores, 110 confiteros, 110 trabajadores de la sanidad, 89 empleados de barrido, 76 taxistas y 41 operarios de la industria del caucho. Y, en todos estos casos los ingresos superaron ampliamente a los egresos de personal.
Con estas cifras en la mano, López no disimuló su optimismo: «El año pasado, en esta misma época se advertía una notoria tendencia al crecimiento de la conflictividad laboral. Fueron meses de crecimiento geométrico de despidos, suspensiones y reducciones horarias que se dispararon entre enero y marzo. Ahora la tendencia es la contraria, hay muchísimas menos denuncias, reclamos y solicitudes de intervención. Lo cual no excluye que pueda haber un recrudecimiento de estas situaciones, pero en principio daría la sensación de que esta mejora llega para quedarse».
La opinión de los empresarios
Los empresarios rosarinos vinculados a los sectores metalúrgicos y de la construcción -dos de las áreas que evidenciaron un mayor crecimiento en los últimos meses- dividieron sus opiniones entre el optimismo y el descreimiento a la hora de analizar el leve repunte económico. Es que si bien algunos prefirieron ver esta leve mejoría con buenos ojos, otros optaron por remarcar que «no hay crédito» para lanzar obras privadas y se refirieron al futuro como «muy incierto».
Entre los más optimistas se ubicó el empresario metalúrgico René Francovigh, quien consideró que «la economía y fundamentalmente la metalurgia está comenzando a reactivarse. Estoy convencido de que Argentina va a tener su revancha. Soy muy optimista», destacó.
En tal sentido, puntualizó que la reactivación del sector comenzó a percibirse «desde hace unos cinco o seis meses», por lo que en su industria «los empleados volvieron a trabajar horas extra y hasta se agrandó la plantilla de personal. Siento la reactivación y hasta la veo en los talleres más pequeños del Gran Rosario, están teniendo trabajo y eso es sumamente positivo», remarcó.
En otra sintonía se ubicó la opinión del constructor Aldo Lattuca, quien consideró que «en Rosario se están generando obras gracias al esfuerzo de los empresarios que intentan mantener sus empresas vivas. Esperábamos medidas serias y concretas por parte de nuestros gobernantes, pero nada ocurrió y el acceso al crédito es carísimo», aseguró.
Pese a esto, Lattuca adelantó que «con mucho esfuerzo» se comenzó la construcción de un edificio de 18 pisos en la zona de la costa central de la ciudad, pero recordó que hace tres años la firma que administra tenía un plantel de 600 empleados y hoy apenas llega a los 30. Eso sí, «con proyección de incorporar más personal».
Quien sí se mostró optimista fue el jefe de la constructora Werk, José Salinas. «Hace seis meses estaban todas las construcciones paradas y los empleados tenían mucha incertidumbre, hoy hay mayor optimismo y algunos trabajos comenzaron a reactivarse», aseguró.
Salinas fue más allá y estimó que «si la obra pública se reactiva, el sector de la construcción seguramente repuntará a mayor ritmo».
Por su parte, el gerente de ventas de Sipar Aceros, Guillermo Martínez, también vio con buenos ojos el alza que evidencia el sector metalúrgico y remarcó que desde su empresa «se comenzó a vender acero para la producción de maquinaria agrícola. Este segmento en particular está evidenciando un crecimiento importante», aseguró.