Ante varios miles de personas que no le temieron a los relámpagos, se inauguró a pleno el XVIII Encuentro y Fiesta Nacional de Colectividades. Víctor Heredia cantó y los rosarinos pudimos disfrutar su show de aproximadamente una ahora. Pero los rituales para ahuyentar la lluvia no fueron del todo efectivos. Ante la caída de las primeras gotas, los tradicionales fuegos artificiales adelantaron su aparición y todo el acto de apertura se aceleró… Así, se pudo ver en el escenario central a Víctor Heredia terminando su show mientras los abanderados de todas las colectividades colmaron el escenario y al mismo tiempo se desarrollaba el espectáculo de fuegos artificiales.
Se podría decir que los rosarinos aman esta fiesta y que no se pierden nunca su inauguración. Porque de temprano se veía la tormenta y sin embargo el público que había era realmente multitudinario. Aún cuando cayeron unas gotas antes de terminar el acto de apertura, nadie se movió de la zona del escenario ni de los alrededores del Parque Nacional a la Bandera.
«Tenemos que acostumbrarnos porque la inauguración de la Fiesta de Colectividades es igual a lluvia. Ya es un clásico», dijo resignado Raúl Garo, titular del ETUR (Ente Turístico Rosario). Sin embargo, antes de que empezaran a caer las primeras gotas el funcionario mantenía la fe y comentaba sonriente: «Por supuesto que se hicieron rituales para que no llueva, una mujer referente de la feria hizo una gran cruz de sal», confesó. Los gualichos sirvieron pero a medias, porque la lluvia finalmente cayó.
Por eso fue que el show de inauguración duró menos de lo previsto, y por eso también tuvieron que adelantarse los fuegos artificiales.
Pero nadie se quedó con las ganas. Las banderas de las 50 colectividades participantes flamearon orgullosas, cantó Víctor Heredia, que hasta hizo varios bises, y la gente se fue contenta aunque un poco mojada. Para cuando el show terminó ya había algo de lluvia y parte del público finalmente se retiró. «No me iba a perder la inauguración, a comer volveré mañana», comentó Silvia cuando las gotas empezaban a caer con más fuerza. Pero muchos fueron directamente a los stands, con grandes carpas donde se podía estar a resguardo del agua y disfrutar de las comidas y bebidas típicas. De todos modos hay tiempo de recorrer todos los stands hasta el 17 de Noviembre.
Este año el Encuentro tiene una presencia más modesta. Es que la crisis tampoco perdonó al XVIII Encuentro de Colectividades. Uno de los síntomas se pudo ver en el stand de Andalucía, donde este año decidieron no elaborar la paella porque «el pescado de mar está muy caro», según comentaron. Sin embargo, quienes se acercaron a ese stand no soportaron la tentación de probar la especialidad de la casa: el pollo andaluz.
Los precios, que se habían anunciado como similares al año anterior, finalmente subieron, y esto se comprobó en la mayoría de los espacios: en el stand chileno la tradicional empanada vale 2,50 pesos, mientras que el año pasado costaba 2. La pizza también subió, pero un integrante del Centro Laziale explicó: «Todo aumentó, el precio de la harina no es el mismo, el de los descartables y de la luz tampoco. Y tenemos que solventar todo el gasto de la inversión en 10 días».
Muy lamentada la ausencia del stand de Alemania. Es tradicionalmente uno de los espacios más visitados de la fiesta, y este año decidieron no participar porque (hasta donde sabemos) no le autorizaron vender cerveza de origen alemán (aunque fuera envasada en Argentina), y sólo podían vender la cerveza de unos de los sponsors. Pero si de bebidas se trata, son varios los stands que tienen la suya. El Centro Navarro ofrece el zurracapote (vino con sabor frutado); Rusia, el vodka importado, y Japón, el sake (bebida a base de arroz que se toma tibia).
El stand de Argentina se transformó en la sede de las ferias que funcionan los fines de semana en Pichincha. En los dos galpones que ocupa el stand argentino se mezclan puestos del Mercado Retro, el Ropero en la Calle y la Feria de Artesanos del Bajo (mercado de pulgas), entre otros emprendedores locales. Y no faltan las comidas tradicionales como el pollo a las brasas.
Si bien el pronóstico meteorológico anuncia que estará parcialmente nublado toda la semana, faltan nueve días para que termine nuestra principal Fiesta en Rosario.