Hubo demostraciones de cometas gigantes y concursos de construcción. «Dale más hilo», «Ojo con esa línea», «No le des tanta altura». Los comentarios se escucharon en el parque Scalabrini Ortiz (Alberdi y avenida de la Travesía). Es que cientos de amantes de los barriletes y cometas participaron del primer encuentro latinoamericano en la materia, único festival de su tipo en el país. Llegó gente de Buenos Aires, La Plata y Uruguay. «Es increíble, porque hay todo tipo de cometas, desde la más casera hasta la más sofisticada», expresó Renzo Risotto, un uruguayo que se sorprendió por la convocatoria del festival, que se desarrolló el sábado 7 y domingo 9 de septiembre.
Los entendidos dicen que es muy sencillo remontar un barrilete: «Primero hay que estirar la línea y alguien debe sostenerla. Después hay que recoger el hilo suavemente, hasta que la cometa tome unos 20 metros de altura. Una vez en el aire, hay que darle más línea, entonces el barrilete desciende y se aleja», explicó Dante Morello, del grupo platense Alto Vuelo.
Claro que muchos de los que participaron ayer del encuentro no tenían ni la más remota idea de cómo se comanda un barrilete: «Acabo de comprarme uno. Ya se me cayó 20 veces pero no importa, sigo en la lucha», comentó Alberto, de 42 años, que finalmente luego de un par de horas de perseverancia pudo mantener su cometa en el aire durante algunos minutos.
A pesar de que el clima no fue todo el tiempo el más propicio para comandar un barrilete -por lo menos así lo aseguraron los expertos- los más sofisticados pudieron remontar vuelo. Uno con forma de rana y otro de pulpo despertaron la atención del público apenas levantaron altura. Pero sin dudas los más simpáticos fueron Natalie y Martín: dos cometas con formas de piernas, una con ligas y minifalda y otra con short, que se desplazaron juntos durante varios minutos hasta caer.
Algunos de los que se acercaron al encuentro participaron del concurso de construcción de barriletes, mientras que otros prefirieron comprarlos. En un stand, dibujantes rosarinos se encargaban de diseñar distintos motivos. «Me encanta correr y que el barrilete venga atrás mío», expresó Luciana, de 13 años, que llegó con su cometa pintada de rojo y negro. Quienes se acercaron al parque tuvieron la oportunidad de ver lo que se denomina el «Ballet». Se trata de un vuelo coordinado entre dos o más pilotos, con cometas acrobáticas de más precisión. «Es la primera vez que agarro un barrilete y me encantó. Seguro vuelvo mañana», aseguró Melina, de 26 años en el primer día del festival.