«A partir de ahora este puerto no tiene pasado sino futuro. Y el futuro colocará al puerto de Rosario en el lugar que nunca debió haber perdido». Así se expresó el presidente de la Autoridad Portuaria de Tarragona, Lluis Badía i Chancho, abriendo el acto en el que se firmó la concesión de la terminal local por treinta años. El objetivo será ahora recuperar las cargas perdidas, llegar a tres millones de toneladas en el término del próximo año, y «no cerrar las puertas a ningún cargamento», algo así como el leit motiv de la terminal multipropósito.
«Desde Tarragona, a 12 mil kilómetros, siempre se escucha que en Argentina no hay buenas noticias. Pero esto sí es una buena noticia. Y si el puerto va bien, la ciudad también», dijo el titular del grupo empresario.
El acto de la firma de la concesión se realizó ayer al mediodía en el Ente Administrador del Puerto Rosario (Enapro), ante la presencia de empresarios, productores y funcionarios.
De esta manera, queda atrás el fracaso que significó el contrato con la operadora filipina Ictsi, disuelto unos años atrás, que devino en un conflicto con los estibadores, incumplimiento en las inversiones y en el pago del cánon al Enapro. La apertura de la ceremonia fue con un video institucional con imágenes de la terminal rosarina en octubre del año pasado, siguió con un pantallazo de la crisis del país desde diciembre, la recuperación del cargamento de frutas a partir de abril y testimonios de los portuarios, que resaltaron la importancia de volver a trabajar en los muelles.
Badía i Chancho ratificó ante los medios de prensa su mensaje: «El puerto de Rosario debe mirar para adelante. Ya tenemos comprometidas 1,5 millón de toneladas de carga para este año. Nuestra perspectiva está en atraer empresas grandes como General Motors y otras de ese nivel, y ofrecer más servicios».
El empresario español explicó también el concepto de terminal multipropósito: «Esto quiere decir que no vamos a renunciar a ningún tipo de cargas. Apostamos a la diversificación, como en Europa, y vamos a poner la mira en los contenedores y graneles».
El titular local de la firma, Guillermo Salazar Boero, se mostró optimista con el movimiento actual de la terminal. Incluso, dijo que ya se está evidenciando una «falta de espacio para los cargamentos», por lo que está prevista la construcción de nuevos galpones. El empresario destacó que para el próximo año la firma tiene estipulado duplicar las cargas: «Queremos llegar a los 2,5 millones o a 3 millones de toneladas en el 2003».
La titular del Enapro, María Herminia Grande, destacó el «importante rol que jugó el gobernador Carlos Reutemann en esta concesión» y consideró que «la producción hará desandar el camino inmoral de la desocupación».
La reunión concluyó con un brindis de cara al futuro. «Hasta vinieron a proponernos el traslado de yeso», advirtió un integrante de la flamante concesionaria, Héctor Etcheverry, directivo de la firma Fruport.
El puerto muestra actualmente un movimiento constante, con unos 900 operarios trabajando en los muelles. Aunque aún falta recuperar la totalidad de las cargas perdidas durante el tiempo que la terminal estuvo inmovilizada, se mantienen las de aceite, azúcar y palanquilla. A la vez se agregarán entre este año y el próximo autopartes, carbón vegetal, leche en polvo, miel, fertilizantes y clinque.