Nadya Kuzniecow nos cuenta la historia del té en Rusia y sus famosas galletas para acompañar los Prianikis
Una de las infusiones preferidas por los rusos y que se toma con más frecuencia es el té, se lo toma sólo, con limón o con bayas y frutas, ya sea para saciar la sed en verano o para darse calor en invierno.
Una de las formas más comunes de prepararlo, que está siendo presentada en el stand, es con el Samovar, un aparato adornado con flores en donde se hierve el agua, en una tetera aparte solo el té en hebras, se hace una infusión muy fuerte, se sirve en pocillos y se diluye con el agua del Samovar. Se saboriza con frutas al natural, en éste caso con frutillas y se le agrega rosa mosqueta en la tetera para realzar su sabor.
El té va siempre acompañado de masitas, las más comunes son los Prianikis, que son masitas horneadas con miel y especias, tienen una consistencia esponjosa y delicioso sabor, además pueden acompañar el té y las masitas con la compañía de la adorable señora Nadya Kuzniecow, una inmigrante con muchas historias entretenidas para contar. Recomiendo no perdérselas y por supuesto sus exquisitas galletas, de las cuales para los que se quedaron con las ganas, también comparte su receta.
Además podemos agregar que la cocina rusa, la que comprende el territorio de la antigua Unión Soviética, es tan variada como las regiones que la componen, porque cada pueblo come según las condiciones del lugar en que vive y se desarrolla. Pero los rusos siempre dan la bienvenida con el pan, la sal y una copa de vodka.
En las grandes llanuras del norte, con inviernos largos y muy fríos, y veranos cortos, hay una cocina de supervivencia, enriquecida con las influencias de otros pueblos y regiones. Los rusos aprendieron a conservar los frutos que se cosechan en verano y otoño para subsistir mientras la tierra está cubierta por una gran capa de nieve y hielo.
Nota: Victoria Saraceni