Las imágenes de Ezequiel Lavezzi tirándole agua al DT de la selección argentina, Alejandro Sabella, recorrieron el mundo. Una y otra vez inundaron las pantallas de TV y de las diferentes web del mundo y colocaron al Pocho en el centro de la escena. Para algunos fue una situación que no correspondía, otros, en cambio, lo tomaron con humor y hablaron de las reiteradas bromas del delantero rosarino. Lo concreto es que esto no es una situación nueva, puesto que el Pocho se la pasa haciendo bromas, no solo en el seno del plantel nacional sino también en los planteles que comparte.
De hecho, el mismo Pocho dijo, tras el encuentro, que lo había hecho para distender un poco la situación, porque veía "nervioso" al entrenador.
La situación que se dio con Sabella no es la primera broma que el Pocho hace durante un partido. Está en su ADN, el uno jugadores que mejor humor tiene en el grupo. Se divierte adentro y afuera de la cancha, sostienen quienes lo conocen.
Uno de los hechos más recordados fue cuando hace poco la selección estuvo en Italia, se encontraron con el Papa Francisco y se sacaron una foto con él. Fue cuando el atacante rosarino se sentó en su sillón y salió sonriente para la foto.
En París desde Ibrahimovic hasta el presidente del club fueron víctimas de sus bromas. A Zlatan, durante el festejo de un gol, le tocó la nariz, algo que al sueco no le gusta ni medio.
En tanto, al presidente del club le rascó la cabeza en pleno festejo por el título y él le siguió la corriente y le devolvió la broma. Luego, durante una entrevista al no poder decir lo que quería en francés, terminó soltando un insulto al aire.
Incluso un camarógrafo fue víctima de Lavezzi. Tras un partido de PSG, cuando el equipo salía de la cancha, el Pocho se agachó en el campo de juego y lo tiró al piso.
FG_AUTHORS: La Capital – Ovación