Recibió el galardón en Colombia. El humorista fue elegido por literatos que se reunieron en el «Hay Festival», en Cartagena de Indias.
El Negro Fontanarrosa. |
«Seguro que en Rosario, donde vivo, el premio ha sido muy bien recibido y deben estar festejando en las calles», ironizó anteayer el escritor, dibujante y humorista Roberto Negro Fontanarrosa en medio de fuertes aplausos y expresiones de cariño del público. La escena se desarrolló en el escenario del Teatro Heredia en Cartagena de Indias (Colombia) donde el rosarino recibió el premio del «Hay Festival», un encuentro mundial de escritores que como cierre premia a un artista, con el voto de sus pares.
«¿Ya decretaron asueto allá?», preguntó ayer entre risas y en diálogo telefónico con La Capital, y deslizó: «Mejor que sea un lunes para que tengamos fin de semana largo».
El reconocimiento lo recibió nada menos que de manos del escritor vasco Fernando Savater. Fontanarrosa habló de su «estupenda» estadía en la ciudad costera colombiana y también de la enfermedad que lo aqueja. «Es una variante de esclerosis y estoy haciendo de todo para mejorarme desde medicina tradicional, a la alternativa, y hasta acupuntura», confió.
Por lo pronto, estos días estuvo rodeado del afecto del público colombiano y también de sus pares, a quienes hizo reír sin parar en cada una de sus intervenciones en el encuentro y más allá de sus dificultades motrices. «Sí la verdad es que se han reído mucho, pero también es cierto que la risa es una característica de la gente de este lugar, están contentos casi siempre», argumentó para no cargar con la exclusividad de los aplausos y halagos del público.
País amigable
Con sinceridad contó que no estaba muy interiorizado de los pormenores del festival al que fue invitado especialmente. «La verdad es que no sabía mucho de este encuentro, pero bueno, venir a este país al que quiero muchísimo y encontrarme con amigos que me atienden con tanta amabilidad y con tanto cariño, ya era un premio en sí mismo», recalcó.
Tan es así que junto a su mujer Gabriela, piensan quedarse unos días más de descanso en Cartagena. «Nos pareció muy poco estar cuatro días, así que nos quedaremos más. Nos atienden de primera y comemos cosas riquísimas como plátano frito, arroz con coco, comidas increíbles de ricas», se saboreó.
Luego, Fontanarrosa afirmó que sus problemas de movilidad, producto de la enfermedad que lo aqueja, no le impiden viajar y disfrutar. Recordó que tiene una de las variantes de esclerosis. «Una enfermedad de la que no se sabe demasiado, por eso me voy tratando con todo lo que está a mi alcance», indicó.
Para que no queden dudas, destacó que su actividad es prácticamente normal. «Hoy en día los aviones y aeropuertos, todo está preparado para situaciones como estas», aseguró. Pero sobre todo rescató que su mujer, a la que él llama Gaby, está todo el tiempo a su lado y cuenta con la ayuda de sus anfitriones.
«Todo el mundo es muy amable, hay situaciones un poco más complicadas como las escaleras y esas cosas pero bueno donde hay cuatro buenos brazos y buena voluntad todo se puede hacer», dice con total naturalidad. Aunque el dibujante admitió que, de algún modo, se ha resentido su trabajo.
«Sí, el trazo con la mano derecha ya no tiene la precisión que supo tener, pero bueno, para eso estoy en tratamiento, y además continúo trabajando todo el tiempo», advirtió.
También agregó que entre otras cosas se sometió a un tratamiento de implante de células madre en el Uruguay. «Es una terapia muy, muy experimental por ahora, entonces no se sabe bien qué alcances tiene, ni en cuánto tiempo comienza a hacer efecto. Estoy esperando a ver qué pasa», aclaró. Por supuesto antes de terminar la comunicación telefónica Fontanarrosa no dejó de mandar saludos «para todas las muchachas rosarinas».
Fuente: diario La Capital