Aceleradas transformaciones barren con el paisaje social en el que se formaron generaciones anteriores, creando abismos de incomprensión e inseguridad. El mundo viejo ya se ha ido, sin que todavía el mundo nuevo haya llegado…
En esta época de gran cambio están en crisis los individuos, las instituciones y la sociedad. Vivimos tiempos de urgencia y de posibilidad.
Lo establecido ya no proporciona respuestas adecuadas, pero lo que vendrá aún no se avizora en toda su plenitud.
Aceleradas transformaciones barren con el paisaje social en el que se formaron generaciones anteriores, creando abismos de incomprensión e inseguridad. El mundo viejo ya se ha ido, sin que todavía el mundo nuevo haya llegado.
“Hacia el descubrimiento de lo Humano
del mundo de lo establecido a la libertad”
Santiago de Chile. 30-31 de octubre y 1° de noviembre de 2014
El futuro se presenta incierto, pero va ganando cada vez mayor espacio la certidumbre de que es necesario para la supervivencia y evolución de la especie humana, realizar cambios intencionales y profundos. Sobre todo, va quedando claro que no habrá progreso si no es de todos y para todos.
Se trata entonces de operar una transformación estructural, revolucionaria, del modo humano de coexistir entre sí y con su asiento material, el entorno.
Para operar ese cambio, es imprescindible descubrir lo que está a la base del mundo moribundo, aquello que realmente está en crisis: un tipo de mirada sobre el Ser Humano.
El Ser Humano no es una cosa más, un ente dado, estéril e inmóvil. Si se reduce lo humano a lo natural, a lo puramente biológico, si se lo somete a la lógica de lo ya establecido, acabado y definitivo, se elimina el fundamento de toda creatividad y de toda libertad.
Si en el momento actual, el Ser Humano representa para el capital apenas un consumidor, para los medios masivos una conciencia ingenua, si para cierta política mentirosa es sólo número y para los bandos religiosos un eterno culpable; si, en definitiva, las legítimas aspiraciones humanas son asfixiadas, reprimidas o manipuladas en las distintas latitudes, ¿quién puede extrañarse entonces de que, desde lo más profundo de su humanidad, se manifieste hoy en calles y plazas una justificada rebelión?
Una rebelión que, junto a un nuevo proyecto común, necesita descubrir y cultivar una nueva mirada sobre nosotros mismos.
Una mirada que parta de la propia existencia humana y su necesidad de superar el dolor y el sufrimiento.
Una mirada que dé cuenta de la intencionalidad del Ser Humano, de su capacidad de dar dirección a la propia vida y la de los conjuntos, que proclame su posibilidad de elegir, su libertad, su tendencia hacia la indeterminación.
Una mirada que no defina a lo Humano desde factores externos a él, pero que comprenda al mismo tiempo su conexión estructural con el medio en el que le toca desenvolverse. Es decir, una mirada que supere la falsa dualidad de una objetivación inmoral de las personas o de una subjetivación ingenua del mundo.
Una mirada que afirme la dinámica social e histórica de lo humano, como construcción permanente de su propia naturaleza y su correspondiente transformación.
Una mirada que comprenda que la violencia es en su raíz y en todas sus manifestaciones, la negación de lo humano en los demás y en uno mismo, planteando una actitud de no violencia activa como punto de partida hacia el ser humano del futuro.
Una mirada que conecte las potencialidades humanas con lo trascendente, desafiando al absurdo que contrapone la materia con el espíritu, lo denso a lo sutil, lo terreno a lo eterno.
Nos referimos en definitiva, a una mirada que coloque a lo Humano como valor y preocupación central en una renovada escala de valores, alertando sobre el hecho de que, procediendo de otro modo, se acabará justificando la sumisión y sellando el sinsentido de toda acción consciente.
Por ello, señalando la posibilidad de esta nueva mirada, avanzando hacia la acuciante transformación que los grandes conjuntos hoy reclaman, señalando la imposibilidad de pasar a otra etapa de la Humanidad sin que ésta descubra su ilimitado potencial y la libertad de su destino, el Centro Mundial de Estudios Humanistas invita a su IV Simposio Internacional “Hacia el descubrimiento de lo Humano – del mundo de lo establecido a la libertad”.
Invitamos a participar activamente de esta colectiva e imprescindible reflexión sobre la mirada que tenemos sobre nosotros mismos, sobre los demás, sobre el fenómeno humano en general.
Invitamos a observar las revolucionarias implicancias que ese descubrimiento de lo humano podría tener en los diferentes campos de la acción humana.
Invitamos a despertar la fe en la posibilidad de llevar adelante una transformación simultánea del mundo y de nosotros mismos, poniendo como eje una nueva mirada sobre el fenómeno humano.
Aspiramos a que este sea un Simposio de encuentro, de intercambio y de experiencia sobre una humanidad que recién comienza a descubrirse a sí misma y nuevos caminos para su liberación.
En síntesis, invitamos a sintonizarnos en un viaje de ida al futuro.
Ver antecedentes de Simposios anteriores:
II Simposio Mundial “Fundamentos de la Nueva Civilización”. 2010
III Simposio Mundial “Un Nuevo Humanismo para la Nueva Civilización”. 2012.
http://latinoamerica2012.worldsymposium.org/