Nombres como Creamfields, Sonar, Fusion, Mutek y UMF salpican el mapa del planeta con puntos de convocatoria para millones de acólitos de la nueva tendencia musical
Nombres como Creamfields, Sonar, Fusion, Mutek y UMF salpican el mapa del planeta con puntos de convocatoria para millones de acólitos de la nueva tendencia musical.
Microcosmos. Andrés Zacco, Jay West, Deep Mariano y Franco Cinelli en el ámbito donde se generan sus músicas.
Por Marcelo Menichetti / Escenario / La Capital / 10 Marzo 2013
La música electrónica hace tiempo que dejó de ser patrimonio de un grupo de iniciados. Hoy las convocatorias reúnen a miles de personas en distintos ámbitos para escuchar a los disc-jockeys convertidos en sacerdotes de extensas y alucinantes ceremonias de danza colectiva. Nombres como Creamfields, Sonar, Fusion, Mutek y UMF salpican el mapa del planeta con puntos de convocatoria para millones de acólitos de la nueva tendencia musical.
Rosario, ciudad generadora de música y músicos desde hace mucho tiempo, aporta su cuota de creadores a la corriente musical e instaló varios nombres propios en los calendarios de fiestas del mundo. Escenario convocó a cuatro representantes de esta creciente manifestación cultural para conocer algunos entretelones de una producción artística que, hasta no hace mucho tiempo, se movía en espacios sólo conocidos por una limitada cantidad de amantes del género.
Instalados en La Montaña, el estudio montado por el Dj Guile en Zeballos al 700, quien ofició como amable anfitrión, sus colegas Deep Mariano, Franco Cinelli, Jay West y Andrés Zacco dialogaron extensamente con Escenario. Términos como techno, house y dance, atraviesan los discursos de los artistas que fueron construyendo sus carreras con pasos sigilosos pero seguros. Hoy puede afirmarse que Rosario cuenta con valiosos representantes de esta tendencia y es sede de fiestas que generan una gran convocatoria en distintos públicos, que se suman a los calendarios armados por los productores locales.
—¿A qué atribuyen que hoy arrastren tanto público?
—¿Inciden fenómenos externos?
JW: Particularmente, los que estamos acá somos representantes de una parte más underground de lo que es esta música. Rosario siempre fue una ciudad gestora de un sonido no tan comercial. Nos caracterizamos como cultores de un sonido más under.
—¿Están mejor considerados en Rosario o fuera de la ciudad? JW: Si bien la música electrónica se ha popularizado no podemos decir que sea el sonido más popular de la ciudad. El techo es más bajo y especialmente los que estamos acá también somos productores y, si querés vender música, sí o sí te tenés que extender a otros lugares.
DM: Yo me considero músico. No estudié composición ni armonía y trabajo, más que nada, en base a muestras de música que hizo otra gente. Hago algo que consiste en cortar y pegar cosas.
JW: En el rock y en el pop y en la música en general está separado lo que es el productor del compositor y el sesionista. Acá nosotros hacemos todo, y a ese trabajo lo denominamos como de productor porque representa la mayor parte de lo que hacemos. Muchos de nosotros trabajamos con otros músicos tocando, utlizamos pistas, hacemos sampleados. Todo vale y eso es lo bueno.
FC: Está bueno charlar esto porque, a la vez, me parece que hay que focalizarse en el sentido de que nosotros tocamos la música también. Vos escuchás un tema nuestro y hay una línea de bajos, una percusiva y eso está tocado por nosotros, no es que las extraemos de un lugar que está hecho.
DM: -A Miles Davis los jazzeros le decían que estaba mal "loopear" en una cinta y eso también fue una revolución. Cada cosa trae opiniones en pro y en contra.
JW: (Risas) Por ese tipo de cosas es que soy más reacio a decir que soy músico. Uno dice soy productor porque engloba mucho más. Acá estamos hablando de lo que hacemos dentro de un estudio que no es lo mismo que lo que hacemos cuando salimos a una discoteca. Son cosas diferentes. Si la discusión se centra en que cuando voy a un a discoteca no estoy tocando un instrumento probablemente tengan razón.
—Probablemente no lo hagan porque el fenómeno está focalizado en lo comercial e identificado con marcas y fiestas con gran producción.
JW: Creo que de 45 años para arriba es muy difícil que la gente interprete y disfrute tanto lo que hacemos nosotros. En el futuro creo que va a ir cambiando. El pop hoy tiene los mismos instrumentos y elementos que utilizamos nosotros. Cuando seamos viejos probablemente veamos que todos los actos municipales involucren a gente que hace lo que hoy hacemos nosotros (risas).
FC: Todos hacemos tours. Afuera hay mucho más información, de hecho hace muchos años que en Latinoamérica hay una cultura muy grande con respecto de la música electrónica. En Alemania tiene vigencia desde los 60.
A. Z.: Creo que en varios lugares se ha producido el inicio de géneros musicales: la creación del house viene desde hace muchos años y se fue mantenido en el tiempo con el propio desarrollo de cada lugar. Yo hago más música techno y house.
FC: Yo también. Cuando voy a tocar mayormente hago entre house, techno, a veces más deep a veces no tan deep. Básicamente house y techno es lo mío.
—¿Los recursos económicos provienen de las actuaciones más que de los discos?
DM: Hacemos discos para que los escuche la gente y después los productores de fiestas nos contraten.
FC: La tecnología hoy le da la posibilidad a cualquiera pasar música. Antes había que escuchar 200 mil discos hasta encontrar el tema buscado e ir a comprar discos a Buenos Aires y hasta a Europa.
FC: Internet ayudó muchísimo a difundir: directamente es impagable. En ese sentido internet fue bárbaro, en otro sentido destruyó la industria de los libros, de la música , del vinilo, de todo. Esta bueno contar que todos los que estamos acá tenemos sellos discográficos y cada uno hace su propia música, la edita y participa con gente de afuera y de la ciudad.
DM: Quizá también hay que decir que estamos apostando a editar en vinilo. Se sigue haciendo esto con amor por el coleccionismo, para que quede algo material y tangible. A Franco le va tan bien en Europa porque edita 40 o 50 discos afuera y eso también está bueno destacarlo.
DM: Es re-loco porque vos como artista hacés un disco acá, lo editás afuera y lo tiene primero un chico que lo compró en la disquería.