Federico Gut, el aguerrido piloto de San Lorenzo, y Mauricio Jurado, el rosarino que tomó impulso y se le animará al camino
Federico Gut, el aguerrido piloto de San Lorenzo, y Mauricio Jurado, el rosarino que tomó impulso y se le animará al camino. Son los nuestros, si se permite la primera persona, los que llevarán la bandera de la zona y aunque llegar será su preciada meta, dentro suyo hasta piensan en más.
Por Gustavo Conti / Ovación / La Capital
Federico Gut y Mauricio Jurado llevarán la bandera del Gran Rosario. (Foto: G. de los Ríos)
Están locos, ellos lo saben. Pero qué es la locura sino el atrevimiento a romper las reglas de lo establecido.
Todos los que participan del Dakar, sin excepción, comparten ese impulso por desafiar los límites, porque sino no podrían afrontar semejante competencia, donde durante dos semanas (y más, si se cuentan los preparativos), hombres y máquinas quedan al borde del colapso. Y entre ellos están Federico Gut, el aguerrido piloto de San Lorenzo, y Mauricio Jurado, el rosarino que tomó impulso y se le animará al camino. Son los nuestros, si se permite la primera persona, los que llevarán la bandera de la zona y aunque llegar será su preciada meta, dentro suyo hasta piensan en más.
Gut ya le perdió el miedo al recorrido. En enero comprobó que podía, pero el cuatri se le incendió a mitad de camino y ya entonces se prometió esta vuelta, que encara más reforzado. El nuevo Polaris XP850 está más y mejor equipado, con una nueva disposición de los tanques de combustibles, y hasta llevará una rueda de auxilio, un ítem fundamental, ya que en carrera no podrá ser asistido.
Ese desventaja tendrá precisamente Jurado, con un cuatri Can Am que también modificó para la ocasión, sobre todo para hacer más rápidos los arreglos, como los inevitables cambios de correa que se deshilachan cada 800 o 900 kilómetros. El rosarino confía en su máquina y su incógnita se centra en la resistencia física, ambos ítems en los que se respaldó en la experiencia de Gut.
Cada uno tiene su equipo que lo seguirá por afuera y lo esperará en cada vivac, pero aspiran a tirar juntos en las arenas de Chile, ya que antes los caminos argentinos no se los permitirá por el polvo que levantan a su paso.
Gut tiene la ventaja y hasta sueña con llegar entre los 10 primeros. Jurado lo dice entre líneas también, pero persigue otra meta. Sobre 30 cuatriciclos inscriptos, y sólo 9 argentinos, ambos tendrán la enorme chance de que su locura tenga un final feliz.
G. C.
La primera de Marquitos. Marcos Di Palma se larga a la aventura junto a su hermano José Luis, que ya corrió en Dakar y será su navegante. Compartirán una Toyota Hilux 4 x 4.
Gut pone segunda y ahora va por más
"¡Ojo! Ya no tengo toda la responsabilidad de representar al Gran Rosario", advirtió Federico Gut, siempre de buen humor y con la adrenalina a full a medida que se acerca para disputar su segundo campeonato mundial de automovilismo, como bien le cabe al Dakar, la competencia motor más dura del mundo. Claro, es que el piloto nacido en esta ciudad pero radicado desde siempre en San Lorenzo ahora tendrá compañía: Mauricio Jurado, el rosarino que competirá por primera vez, con el que "hay muy buena onda" y que se comunican permanentemente para aunar experiencia. Por ahora, el piloto del equipo Polaris es el único que la tiene y tendrá la misión de agrandarla para llegar a su máxima ilusión: terminar esta vez sí el recorrido, ahora en Lima.
Si bien Gut competirá con el mismo modelo de este año, el cuatriciclo es nuevo, 0 Km. El otro lo tiene archivado en un galpón, como testigo mudo de su primera aventura que finalizó con el vehículo incendiado. "Lo dejo para cuando arme el museo", se ríe, recordando su primer Dakar, cuando venía bárbaro pero una piedra habría roto el tanque de combustible en un camino de ripio rumbo a Arica y el Polaris terminó consumido por el fuego. "A mediados de año la organización me llamó para decirme que estaba en Campana, así que me lo traje. Verlo es para llorar", relató.
Pero el Dakar 2011 ya pasó y está enfocado en el 2012, donde irá con equipo nuevo, ya que sus compañeros del team Polaris no podrán participar: Santiago Hansen se quebró trece costillas en la carrera del Nacional en Corrientes y Sergio Cortez se bajó por problemas económicos. Por eso, sumó gente de San Lorenzo y Puerto San Martín para la preparación mecánica que se realiza en un taller de Ricardone y confianza sobra. Además, porque Gut tuvo el privilegio de ser uno de los nueve argentinos elegidos, ya que la ASO decidió limitar el número de criollos para permitir el ingreso de más extranjeros. El año pasado la cifra fue de 25.
"Estuve preocupado hasta que en agosto me llegó la carta de la confirmación", explicó Gut. Y razón no le faltaba, porque inclusive el equipo del experimentado Daniel Mazzuco anotó 8 competidores y sólo le autorizaron tres. "Venía preparando todo sin la certeza de que iba a correr, pero por suerte ya pasó" y el 1º de enero, después de las 5, estará largando la primera etapa desde Mar del Plata (adonde se alojará desde el domingo 25) hasta Santa Rosa, con el primer especial de 60 kilómetros de Necochea a Bahía Blanca.
¿Y cómo lo encuentra? "Más tranquilo y relajado, menos cagado (risas)", dice Gut. "Entrené mucho y voy cómodo en el cuatri, además de manejar mucho mejor la navegación que fue nuevo para mí. Físicamente me preparé muy bien y sé que voy a aguantar el cansancio. Este año noté que podía llegar al final pero pasó lo que pasó. Ahora al Polaris lo modifiqué mucho, mejoramos muchas cosas como las suspensiones y el sistema de combustible (tuvo varios problemas) y pusimos los protectores completos para el chasis porque entendimos que había que cuidar todo lo que se pueda el vehículo".
Y mucho más ahora que le espera "más desierto. Sé que las de Perú son más blandas y altas, por lo que va a haber que cuidar aún más el motor. Igual me gusta más la arena que el ripio, porque hay menos chances de romper". Pero antes de llegar a Chile, Gut consideró que la etapa de Fiambalá "volverá a ser un filtro".
Para Federico Gut, el objetivo va a ser el mismo: llegar, "así que los Patronelli pueden volver a quedarse tranquilos". Pero sueña con algo más. "Alcanzar Lima sería grandioso y si entro entre los diez primeros sería la gloria".
Se lo tiene Jurado: primero es llegar
"Hace tres años que venimos juntando huevos para esto. Lo que más faltaba era garra y mucha valentía". Más sinceridad que esto, imposible. Mayor descripción de lo que implica el paso que está por dar, tampoco. Estas palabras son del rosarino Mauricio Jurado. Y la referencia es sobre el Rally Dakar que comenzará el 1 de enero de 2012. Porque afrontará la competencia más dura y más exigente de mundo tuerca sobre su cuatriciclo Can Am del equipo El Paso Rally Team. Y la síntesis fue: "Estoy viviendo un sueño. Llegar a la meta ya sería un logro, una victoria parcial".
El piloto está a punto de concretar un proyecto que conoce de cerca. Porque el disparador de que participe en esta competencia "fue hace tres años, cuando hice la asistencia a Patxi Otaño y Leo Monti, que son dos amigos. Fue en el primer Dakar que se corrió en la Argentina" y el rosarino corrió con el cordobés en el Monti 09 sin llegar a la meta. "Hace tiempo que pienso en esto. Estábamos juntando huevos. Uno llega a la chance de inscribirse y siempre faltaba algo, pero lo que más faltaba era garra y mucha valentía", agregó Jurado, quien reconoció: "Tengo unas ansias terribles pensando en el día de la largada".
Participar en el Dakar no es tarea fácil. Para nada. Incluso este año hubo un filtro importante para la categoría cuatriciclos (correrán sólo 30 y 9 serán argentinos). En ese sentido, el rosarino comentó que "piden gente con mucha experiencia. Porque vamos a atravesar varios desiertos y en caso de un accidente o alguna rotura de una máquina tenemos que saber cómo sobrevivir. Existe la chance de quedar tirado dos días hasta que te rescaten".
Por la exigencia del Dakar dicen hay que hay que estar medio loco para correrlo. ¿Estás de acuerdo?
Y… la primera vez que fui al Dakar me hizo acordar a la carrera de los autos locos. Es algo medio parecido. Creo que hay que estar un poco loco. Es la carrera mas dura y más reconocida a nivel mundial, donde se puede presentar cualquier imprevisto, desde una rotura de una correa, una goma, un extremo de dirección, cualquier cosa.
¿Cuál es tu objetivo?
Pienso en dar la vuelta. Si salís a ganarle al otro, es ahí donde te das la piña porque esta es una carrera de mucha resistencia. Sólo se frena para abastecerse, comer y tomar algo.
¿Entonces la meta es llegar?
Sí. Pero tampoco se puede ir tan despacio porque también existe la descalificación por llegar después del corte. Por eso la idea es ir en una segundo pelotón. Uno siempre tiene la esperanza de ganar pero salir con esa idea sería contraproducente. Es una carrera de mucho esfuerzo físico y mental. Hace meses que entreno para esto.
¿Cuál creés que resultará la etapa más complicada de la competencia?
Las que se corren en Chile. Porque se cruzan desiertos con 40 grados y de repente se sube la cordillera. Entonces en dos horas pasás a correr a 4.800 metros de altura, a 10 grados bajo cero.
¿Qué te dijo tu familia el día que le anunciaste que ibas a correr el Dakar?
Estaban un poco preocupados. Pero después les explique que la idea es hacer una carrera tranquila. Les dije que no voy a ir a poner en juego mi vida.
El rosarino ya está cerca de la largada. Y prepara la competencia sin dejar detalle librado al azar. Por eso contó que "largaré con un par de kilos de más porque se pierde mucho peso en competencia. Y voy con la misma asistencia que tuve en el Argentino (Héctor Santos es el jefe de equipo y Jorge Marini el mecánico). Van en una Ford F-110 doble cabina de doble tracción con una jaula en la que llevan otra moto desarmada y dos juegos de cubiertas nuevas" para asistirlo fuera de competencia. Adentro, se las tendrá que arreglar solo. Se la tiene Jurado.