Reverendo Klaas Hendrikse: "Cuando ocurre, esto ocurre entre nosotros, entre tú y yo, entre la gente, es donde puede ocurrir. Dios no es para nada un ser… es una palabra para describir la experiencia, la experiencia humana."
Por Robert Pigott
Corresponsal de Asuntos Religiosos, BBC Mundo
El reverendo Klaas Hendrikse puede ofrecer a su congregación poca esperanza de que haya vida después de la muerte, y no es el tipo de persona que busca congraciar a la gente.
Con una presencia imponente en sus ropas negras y alzacuello blanco, Hendrikse preside el servicio dominical en la Iglesia del Éxodo en Gorinchem, centro de Holanda.
Es parte de la Iglesia Protestante holandesa dominante, y el servicio es bastante convencional, con himnos, lecturas de la Biblia y oraciones. Pero el mensaje en el sermón de Hendrikse se siente oscuro: "Aprovechen lo más que puedan la vida en la Tierra, porque probablemente será la única que tengan".
"Personalmente, no tengo talento para creer en la vida después de la muerte", dice Hendrikse. "No, para mi nuestra vida, nuestra tarea, está antes de la muerte".
Y Klass Hendrikse tampoco cree que Dios exista como una cosa sobrenatural.
"Cuando ocurre, esto ocurre entre nosotros, entre tú y yo, entre la gente, es donde puede ocurrir. Dios no es para nada un ser… es una palabra para describir la experiencia, la experiencia humana."
Hendrikse describe el recuento bíblico de la vida de Jesús como una historia mitológica sobre un hombre que muy bien pudo no existir, aun cuando sea una fuente valiosa de sabiduría sobre como llevar una buena vida.
Su libro "Creer en un Dios No Existente" provocó llamados de cristianos más tradicionalistas para que fuera removido. Sin embargo, en una reunión especial de la iglesia se decidió que sus puntos de vista estaban tan extendidos entre otros pensadores eclesiales que no se le podía señalar de forma individual.
Un estudio de la Universidad Libre de Amsterdam encontró que uno de cada seis clérigos en la Iglesia Protestante holandesa era o agnóstico o ateo.
"Alguismo"
La reverenda Kirsten Slattennar, cura regular de la Iglesia del Éxodo, también rechaza la idea –ampliamente considerada central para el Cristianismo- de que Jesús era divino y humano a la vez.
"Creo que ‘Hijo de Dios’ es una especie de título", afirma. "No creo que fuera un dios o mitad dios. Yo creo que era un hombre, pero era un hombre especial, porque era muy bueno para vivir el amor, el espíritu de Dios que encontró dentro de sí mismo".
Slattenaar reconoce que está cambiando lo que la Iglesia ha dicho, pero, insiste, no "el significado real del Cristianismo".
Afirma que "no hay una sola respuesta" y se queja de que "muchas de las creencias tradicionales están fuera de la gente y ha crecido dentro de cosas rígidas que ya no pueden tocar".
Bini Von Reingarden, quien ha asistido a la Iglesia del Éxodo durante 20 años, está entre la gente que se ve atraída por esta línea de libre pensamiento. "Creo que es muy liberador. (Klaas Hendrikse) está usando la Biblia de una manera metafórica, de forma que la puedo traer a mi propia manera de pensar, mi propia manera de hacer las cosas". Wim De Jong señala, "aquí puedes creer lo que quieras pensar para ti mismo, lo que realmente sientes y crees es verdadero".
Las iglesias en Amsterdam esperaban atraer a esta gente con una reciente evento abierto.
En la Iglesia Antigua (Old Church) "en la parte más álgida de la zona roja", las atracciones incluían "citas rápidas". Cuando empezaron a aparecer chicas con faldas cortas en las escaparates de la zona roja, afuera, los visitantes a la iglesia de movían de mesa en mesa para discutir del amor con una serie de extraños.
El profesor Hijme Stoeffels, de la Universidad Libre de Amsterdam, dice que es en esos conceptos como el amor en los que la gente basa sus difusas ideas de religión. "En nuestra sociedad esto se llama ‘alguismo’", afirma. "Debe haber ‘algo’ entre el cielo y la tierra, pero llamarlo ‘Dios’ e incluso ‘un Dios personal’, para la mayoría de los holandeses es un puente demasiado lejos. "Las iglesias cristianas están en una situación de mercado. Pueden ofrecer sus ideas a una mayoría de la población que está interesada en la espiritualidad o en alguna clase de religión".
Para competir en este mercado de ideas, algunos grupos cristianos parecen estar listos virtualmente para reinventar el Cristianismo. Quieren que Holanda sea un laboratorio para el Cristianismo, para experimentar con nuevas formas radicales de entender la fe.
Experimentos
Una iglesia diseñó un experimento para llegar a los jóvenes, que se llama Stroom West. En un teatro de Amsterdam, los jóvenes consideran el concepto de eternidad al separar una pila de granos de arroz individualmente por todo el piso.
"La diferencia con otras iglesias es que estamos… experimentando con los contenidos del Evangelio", dice Rikko Voorberg, quien ayuda a coordinar el proyecto Stroom. "Tradicionalmente traemos una historia hermosa y pedimos a la gente que se siente a escuchar y a ser convencida. Esto es al revés".
Stroom se enfoca en la búsqueda personal de Dios de la gente, no en las tradicionales respuestas blanco y negro que da la iglesia. Rikko cree que el Cristianismo tradicional pone a Dios en una caja demasiado restringida.
Cree que en una sociedad postmoderna que ya no tiene la misma creencia en la certidumbre, hay una urgente necesidad de "sacar a Dios de la caja".
"La Iglesia tiene que estar alerta a los que está pasando en la sociedad", dice. "Tiene que cambiar para seguir siendo cristiana. No se puede predicar el paraíso de la misma forma en que se hacía hace 2.000 años, y tenemos que pensar otra vez qué es. Podemos usar las mismas palabras y decir algo totalmente diferente".
Rikko se ve incómodo cuando tiene que responder si cree que Jesús era el hijo de Dios.
"Esa es una pregunta muy difícil. No estoy seguro de qué significa", dice. "La gente tiene ideas muy estrictas de ese significado. Concuerdo con algunas ideas, no con otras".
Tal equívoco es anatema en el Bible Belt (cinturón bíblico, zona donde vive la gente más religiosa), de Holanda, entre el gran número de personas que vive de acuerdo con una ortodoxia cristiana estricta.
En el tranquilo pueblo de Staphorst, cerca de un cuarto de la población asiste a la conservadora Iglesia Reformada Holandesa, cada domingo.
El pueblo tiene incluso una prohibición de decir groserías. Su vicealcalde, Sytse de Jong, acusa a los grupos progresistas de intentar cambiar el Cristianismo para acomodarlo a las normas sociales.
"Cuando traemos gente a la Iglesia sacando a Jesucristo de la Iglesia, entonces perdemos el corazón del Cristianismo. Entonces no estamos reformando las instituciones y actitudes, sino el corazón de nuestro mensaje".
Pero muchas iglesias están dispuestas a trabajar con quienes crean en "algo". Creen que sólo a través de la adaptación puede sobrevivir su religión.
Los jóvenes en Stroom West escriben en platos los nombres de aquellas cosas que impiden a la tierra convertirse en cielo: cáncer, guerra, hambre. Y los destruyen simbólicamente. El nuevo Cristianismo ya está desarrollando su propio ritual.
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Nota Original AQUI