Lo que empezó en los países árabes ha sobrepasado las fronteras culturales, se ha expresado contundentemente en tres países europeos, Grecia, Portugal y España, e incipientemente en muchos más…
Lo que empezó en los países árabes ha sobrepasado las fronteras culturales, se ha expresado contundentemente en tres países europeos, Grecia, Portugal y España, e incipientemente en muchos más. Y se está empezando a fraguar en otras culturas. No sólo en las capitales, se ha desplegado a muchas ciudades con vocación de ampliarse, buscando el arraigo barrial y estudiantil.
Plaza Cataluña – Imagen de: Pressenza Archivo
Pressenza · Madrid, 24/Mayo/2011 · Maximiliano Elegido
Este extendido sobrepasa los límites de las afinidades personales, tiene un calado más profundo.
Estamos asistiendo a la toma de conciencia de la fuerza de una generación, con una nueva sensibilidad y otros valores.
Fenómenos mundializados de una generación los hemos visto en el “68”, que también partió de los países árabes y meses más tarde se expresaron en América y Europa en lo denominado por muchos como el “mayo francés”. Pareciera la introducción de ésta generación, aunque aquella mayormente no fue más allá de expresar lo que no les gustaba, del rechazo a lo que había. El “guerrillerismo” y el “hipismo” fueron sus expresiones sociales más conocidas, que algo mas adelante dieron lugar a los “yupis”, donde acabaron muchos de sus líderes. Pero lo que estamos viendo ahora sobrepasa eslóganes como “la imaginación al poder”, muy publicitarios pero poco definidos.
Es difícil ver los atributos de algo que está naciendo, que precisa de aire, espacio, tiempo y aliento, pero retoma lo mejor que salió de aquella generación del 68, como son su vocación mundializadora, el protagonismo de las mujeres y Movimientos que desarrollaron fuertemente la no violencia, como el Siloísta.
Este hilo histórico no violento, que empezó con Gandhi y Luther King, nos da la pista de que ésta no es simplemente una generación más que pugna con la que está en el poder. Por cierto, esta dialéctica generacional pareció detenerse en los 80 con Reagan cuando los jóvenes de distintas partes del mundo aspiraban a ser empresarios y economistas, dando lugar a las debacles actuales.
La metodología No violenta indica que es un fenómeno que quiere ir más allá, como bien indicara Tolstoi. Lo que estamos viendo en La Puerta del Sol, en Plaza de Catalunya y en muchas ciudades españolas es de este tipo de sensibilidad.
Sus asambleas no son estridentes ni persiguen meramente la denuncia, son ampliamente deliberativas, donde en silencio agitan sus manos en una suerte de antenas al aire, y verifican la sintonía de sus propuestas.
Son sensibles, no dialécticos, suaves pero definidos y consecuentes, de ahí sacan su fuerza. Son inclusivos, con paridad entre mujeres y hombres. Su organización no es en base a líderes manifiestos, toman funciones rotatorias y lo común es su estilo y sus aspiraciones.
Pasado el entusiasmo inicial y con el surgimiento de impedimentos, no se debilitará sino que se fortalecerá. Está la oportunidad de dar un viraje sustancial de esos que brinda la historia. Para el sábado están convocadas reuniones en las plazas de los barrios… Son las primeras burbujas, indican que algo se está cocinando, huele muy bien.
Algo está naciendo y precisa de aire, espacio, tiempo y aliento.