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«Si el mercado creyera que el oficialismo no puede revertir la situación, el dólar paralelo ya estaría cerca de los 1000 pesos«, explica un integrante del gabinete económico las razones por las cuales Sergio Massa considera que podrá contener la brecha cambiaria en torno a los niveles actuales, al menos hasta días antes de los comicios de octubre, y afrontar esa elección con chances reales de meterse en el balotaje.
«Después del desembolso del FMI han bajado los riesgos de que se genere una dinámica explosiva. Es un escenario muy complejo en el que hay que administrar tensiones graves, pero como las elecciones no están saldadas y los proyectos de Unión por la Patria y los de la oposición son tan distintos, el mercado no se atreve a adelantar una posición y se sostiene el clima de incertidumbre», agrega el funcionario cercano al ministro de Economía y candidato oficialista.
El retroceso del dólar contado con liquidación de 810 pesos a principios de esta semana hasta los 768 de este viernes abona esa hipótesis. La baja se produjo por los movimientos de la oferta y la demanda privada, sin intervención oficial, que se limita a las operaciones del dólar MEP por ser un mercado con menor volumen y más restringido. Esta última cotización cerró el viernes a 671 pesos.
«Vamos a llegar así, con la inflación de agosto en dos dígitos y la de septiembre no mucho más abajo, interviniendo sobre la brecha cambiaria, dando pelea día a día, pero sin los desbordes que sacarían a Sergio de la carrera electoral», analiza su colaborador.
Otra señal que el gabinete económico evalúa como positiva es la liquidación de exportaciones desde el 14 de agosto, el día posterior a las PASO, cuando se dispuso el salto cambiario de 22 por ciento. El Banco Central pudo comprar divisas por 1131 millones de dólares a partir de entonces y eso le permitió a Massa anunciar este viernes una mayor apertura del grifo para las importaciones de las pymes industriales. La limitación de las compras al exterior hasta ahora fue fuerte y el hecho de que la autoridad monetaria haya conseguido un flujo interesante de ingreso de dólares le permite soltar un poco la soga.
De todos modos, el equipo económico reconoce que a medida que se acerque el día de la votación, el 22 de octubre, seguramente habrá guerra de encuestas y operaciones mediáticas para instalar escenarios especulativos, como sucedió antes de las PASO de 2019, cuando aparecieron sondeos que daban a Mauricio Macri como ganador. Todo ese ruido se reflejará en las cotizaciones del dólar blue y los dólares financieros, pero recién cuando se conozcan los resultados de la elección se conformará el nuevo escenario para el dólar y la economía.
Milei en primera vuelta
«Si Milei llegara a ganar en primera vuelta, el lunes 23 de octubre hay que llamarlo y que diga qué quiere hacer«, especula el funcionario. La situación sería totalmente disruptiva con un presidente electo que quiere incendiar el Banco Central y dolarizar la economía. Las cotizaciones del dólar podrían saltar por los aires, muy por arriba de los 1000 pesos, y abrir las puertas a la espiralización inflacionaria.
«Si todos supiéramos que Milei va a ganar en primera vuelta, qué harían los ahorristas y qué haría el mercado: actuarían en consecuencia y se dolarizarían con todo lo que tienen, pagando cualquier precio por el dólar, cerrando los plazos fijos en pesos. Pero no es eso lo que está pasando. No se dan esos movimientos porque no está saldado el resultado electoral y porque en caso de que Milei ganara, tampoco nadie sabe a ciencia cierta qué quiere hacer. Un día dice que hay que dolarizar y después dice que en dos años. Por eso, con tanta incertidumbre, no se anticipan las decisiones financieras y eso al Gobierno le da posibilidades de ir llevando la situación sin que se produzca un estallido», razona.
Balotaje
«Si le
preguntás a los financistas de la city porteña, en la intimidad te dicen que le tienen miedo a Milei. Preferirían que el balotaje fuera con Patricia Bullrich porque creen que en ese caso ganaría Juntos por el Cambio. Lo quieren a Carlos Melconian como ministro de Economía, de la mano de la Fundación Mediterránea», admiten cerca de Massa.
Si bien es cierto que Bullrich aseguró que de ganar las elecciones sacaría las restricciones a la compra de dólares el primer día y buscaría la unificación cambiaria, dando lugar a una enorme devaluación, en la city creen que Melconian tiene otro plan, más gradualista, y por eso tampoco se juegan completamente a la compra de dólares en este momento. La dolarización de carteras seguirá hasta los comicios, pero sería mucho mayor si los inversores estimaran que el triunfo de Milei es inevitable.
En caso de que el balotaje fuera entre Milei y Massa, las posibilidades del Gobierno de evitar otra devaluación crecerían. Las altas tasas de interés en pesos por ahora están logrando contener el salto hacia el dólar. Massa sostiene que a partir de diciembre la ecuación de las divisas cambiará positivamente y habrá margen para lanzar un plan de estabilización, de ganar las elecciones, que modere la depreciación de la moneda nacional.
En el gabinete económico afirman que el Gobierno podrá aguantar las presiones de todo orden que lo acorralan y ubicar a Massa como un candidato competitivo para convertirse en nuevo presidente. “Si llegamos a ganar las elecciones con este escenario económico tenemos que salir a dar charlas por el mundo”, confiesan, pero aun así remarcan que no es momento de bajar los brazos, sino de resistir.