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Los hombres de negocios dedicados a la comercialización de información económica, conocidos como economistas de la city o consultores de empresas, volvieron a fallar en los pronósticos entregados a principios de año acerca de lo que iba a pasar en 2022. ¿Podía ser de otro modo?
Aunque reiterado no deja de sorprender: se equivocan una y otra vez y, pese a ello, se siguen presentando a la sociedad como portadores del saber económico indiscutible.
A esta altura, quienes no quedan atrapados en sus ficciones saben que la mayoría es funcional a los intereses del poder económico. Esto significa que los análisis y proyecciones están al servicio de construir expectativas económicas negativas si se trata de un gobierno que no quieren, y positivas o neutras si la administración nacional está en manos de una fuerza política de la que simpatizan.
No pasó
En este año que está terminando la secuencia de fiascos no decepcionó:
* Afirmaron que la economía ingresaba en recesión, y eso no pasó.
* Aseguraron que no se cumplirían las metas trimestrales con el FMI, y eso no pasó.
* Declararon en más de una oportunidad que tarde o temprano habría una fuerte devaluación, y eso no pasó.
* Hasta se equivocaron en las proyecciones de inflación, en este caso por menos y lo hicieron en forma grosera, puesto que el alza fue el doble de lo que estimaron.
* Esperaron un menor dinamismo en el mercado laboral en la creación de empleo, y la desocupación bajó a un dígito.
Los cuadros que acompañan este artículo son elocuentes. Se analizó información de más de 20 analistas e instituciones, entre los que figuran grandes consultoras, bancos locales, bancos internacionales, calificadoras de riesgo soberano y organismos de crédito.
Se estudiaron las siguientes variables para comparar las predicciones con lo que pasó en realidad:
El pez por la boca…
La tarea de estos profesionales dedicados a la comercialización de información económica no se limita a distribuir proyecciones de cifras de variables macroeconómicas clave.
También participan activamente en el debate económico diario con declaraciones fulminantes que, para no desentonar con los pronósticos, luego resultan equivocadas, aunque en algunos casos adquieren un estadio de desvarío. Dicen, para justificar sus errores, que la culpa no es de ellos sino de «la perversidad» o «la inconsistencia» de la política económica del Gobierno.
Aquí se comparten algunas muestras y se las contrasta con lo que en realidad sucedió (las fuentes de donde se recopilaron las declaraciones se encuentran clickeando en el nombre del emisor):
– Dante Sica (Abeceb).
* “Al construir escenarios para la economía, en la Argentina es difícil evitar la sensación de déjà vu: la sensación de que las situaciones se repiten año tras año”.
* “El 2022 no será la excepción porque va a tener un comienzo similar al de los últimos años en dos dimensiones clave: un déficit fiscal que no puede financiarse sin emitir, y vencimientos inabordables, fundamentalmente con el FMI, al continuar cerrado el acceso al crédito externo”.
La realidad: No se verificó este diagnóstico. El programa financiero del Tesoro implicó picos de colocaciones en moneda local y el Gobierno renegoció con el FMI.
– Guido Lorenzo (LGC).
* “El país se está recuperando del nivel de caída de actividad de la pandemia, pero no cambió en nada la economía que está estancada hace 10 años. Dudo que se pueda sostener un crecimiento de la actividad. Por arrastre estadístico puede ser un número positivo, pero no se sentirá”.
La realidad: La economía crecerá más del 5 por ciento este año con elevadas posibilidades de continuar el avance en el 2023, completando de este modo tres años de alza del PIB.
* “Parte del estancamiento de estos años tiene que ver con la incapacidad de generar oportunidades de inversión; sin esa inversión el empleo no crece. La falta de previsibilidad de nuestra economía evita salir de este círculo, a lo que se le suman políticas que tampoco colaboran, como la represión financiera”.
La realidad: El nivel de la Inversión en relación al PIB es el más elevado de los últimos 29 años (22,3 por ciento), y el desempleo termina el año en el 7,1 por ciento.
– Camilo Tiscornia (C&T).
* “Quedará un arrastre estadístico del 2021 del 3,0 por ciento, aunque queda por ver qué pasará con la Covid-19 y la cosecha, por lo que vemos un aumento del PBI de 2,5 por ciento, es decir, un escenario casi recesivo”.
La realidad: No sólo no hubo recesión sino que la economía se expandió al 5-6 por ciento.
– Goldman Sachs.
* «El acuerdo con el FMI sigue siendo un tema abierto con una resolución difícil e incierta dada la tibia disposición de las autoridades a adoptar un ajuste macroeconómico».
* «El FMI enfrenta importantes problemas de reputación al suscribir un nuevo programa con Argentina, ya sea un programa ligero o completo, dado el alto riesgo de fallas repetidas».
* «Sin un marco de política creíble respaldado por un ajuste fiscal estructural y una política monetaria más estricta, es probable que las ganancias de competitividad externa derivadas de la devaluación de la moneda sean efímeras, ya que avivarán la inflación. Se prevé que el crecimiento se desacelerará drásticamente en 2022, pero la inflación no. El ajuste fiscal es urgente, pero no se busca».
La realidad: Argentina firmó un acuerdo con el Fondo Monetario y aprobó las primeras tres revisiones trimestrales.
– Carlos Melconian (Macroview, Ieral)
* “El precio del dólar es inviable. Lo que estamos es en un proceso de demanda permanente. La Argentina es una economía que transa en pesos y ahorra en dólares y en los momentos conflictivos pide más dólares. Lo único que calmó todo eso fue la convertibilidad, hasta que el exceso terminó mal, eso es historia”.
La realidad: El tipo de cambio oficial no registró saltos bruscos, se mantuvo en línea con la inflación, en tanto los dólares financieros subieron 30 puntos menos que la tasa de inflación.
– Miguel Ángel Broda.
* «Vienen dos años agónicos de bajísimo crecimiento y alta inflación. Este año vamos a crecer a tasa cero».
La realidad: No fue un error, sino un horror: la economía creció hasta el 5 por ciento.
– José Luis Espert.
* «Los próximos dos años serán muy críticos para la Argentina. Aunque haya acuerdo con el FMI, los ajustes que hay que hacer son fuertes».
La realidad: La economía termina creciendo, con dinamismo del consumo y un mercado laboral con una tasa de desempleo de un dígito.
* “El FMI no puede aceptar un país que va a pedir un rollover para no pagar sin un plan económico, porque es un efecto en cascada con el resto de los países. Por el lado de Argentina creo que especulan con un efecto diplomático muy fuerte dado que fue excepcional la ayuda que le han dado a Mauricio Macri».
La realidad: El Fondo Monetario negoció la deuda con la Argentina con un plan sin un ajuste brusco de la economía.
– Ramiro Castiñeira (Econométrica).
* “No hay buenas expectativas para el 2022, con una economía que en términos macroeconómicos se estancó en los niveles previos al covid, una inflación que acelera y, sobre eso, una brecha cambiaria de 100 por ciento que provocó un desfasaje muy importante entre los precios que tenían las propiedades y el costo de construcción”.
* “Todo esto en un escenario que no se terminó de corregir y con un mercado que está a la expectativa de una posible devaluación, producto de que el Banco Central se quedó sin reservas y viendo si el rescate del FMI aparece o no aparece y es de magnitud suficiente o no”.
La realidad: Diagnóstico pesimista sobre crecimiento, reservas, tipo de cambio y el FMI que colisionó con los datos duros de la economía.
– Roberto Cachanosky.
* «Yo no sé si van a pagar porque esta gente es imprevisible. No sé si quieren arreglar o no porque hay una tara ideológica del kirchnerismo con el FMI».
La realidad: No hubo incumplimiento y el último default de deuda (en pesos) ocurrió al final del gobierno de la alianza macrismo-radicalismo.
– Marina Dal Poggetto (EcoGo).
* “La economía está en una dinámica perversa pero el apocalipsis que yo misma pronosticaba no se dio. Massa sigue sacando conejos de la galera, y tiene una creatividad infernal. Si el esquema de represión financiera se mantiene esto puede seguir de largo, pero esto no es un plan de estabilización”.
La realidad: El malabarismo dialéctico es notable: los errores en los pronósticos no tienen que ver con la debilidad conceptual para realizarlos, sino en «la perversidad» de la dinámica económica y en la habilidad de gestión del ministro Massa.
– Miguel Ángel Broda.
* «El Gobierno tiene una lógica inconsistente con la teoría económica y una enorme capacidad de no aprender. No llegamos a octubre sin una aceleración de la crisis. Todo esto, forzado porque no tenemos reservas. Probablemente tengamos que devaluar y sin tener un programa, lo que es peor”.
La realidad: ¿Qué le hace una mancha más al tigre?
¿Por qué insisten?
Revisar los pronósticos que hicieron los economistas de la city no fue complicado debido a que la vidriera de exposición son los medios de comunicación. Tienen la fortuna de no padecer reclamos de sus clientes por vender fallidos.
El programa de estudio de la Facultad de Ciencias Económicas tiene más de 30 materias, y para recibirse los alumnos deben presentar una tesina sobre un tema específico con su respectivo tutor.
El plan de la carrera se ha modificado en varias oportunidades. Ni antes ni ahora existe una sola materia que enseñe a realizar pronósticos. No estudian proyecciones ni estimaciones de variables macroeconómicas.
Nadie instruye a los alumnos en el método para saber qué va a pasar. No lo hacen porque no existe. Sin embargo, apenas cruzan el umbral de la facultad con el título, la demanda a esos profesionales con conocimientos básicos de economía es qué diga lo que va a pasar.
No pegan una
¿Para qué sirven entonces las proyecciones económicas, que en estos días se presentan para el 2023, si sus promotores no pegan una?
Se dedican a la futurología abusando de la inocencia de la opinión pública. Los temas de economía en los medios de comunicación son el paraíso de los lobbies. Se dedican a señalar con mandato autodelegado qué es lo que se debe hacer en la economía. En realidad, están influenciando, ejerciendo lobby, presionando.
Sostienen un discurso que exponen como técnico pero resulta fundamentalmente político e ideológico. La economía no es una ciencia exacta como muchos de estos profesionales hacen creer a la mayoría.
A esta altura hay que pensar que se trata solamente de un instinto de supervivencia existencial la realización de pronósticos, siempre fallidos: dejarían de ser lo que son si admitieran que han transitado el camino equivocado; obviamente, no el del lobby y la promoción de políticas conservadoras.
Finalmente, un recordatorio: ya estamos anotando los pronósticos que están haciendo para el 2023.
Informe: Federico Kucher.