En Victoria dicen que los reclamos son parte de manejos e intereses políticos
En la costanera de Victoria, a media mañana del sábado, los puesteros se preparan para recibir a los rosarinos. El día se anticipa perfecto para la afluencia turística y en las inmediaciones del casino se sabe que los sábados y domingos los que llegan del otro lado del puente se instalan en esa zona.
«Acá, los fines de semana, es puro rosarino. Es difícil ver gente de Victoria», resume Francisco, que siempre vivió en esa ciudad. Aunque allí casi todos escucharon sobre la caravana náutica a través de los medios, no se espera que haya cambios en el movimiento habitual.
«¿Sabés lo que pasa? Acá la gente común no le da mucha importancia porque no le afecta mucho el humo. Hay quienes que si vos le preguntás por el humo, capaz que te responden: «¿Qué humo?». Acá lo que se dice es «no al parque del Delta». Y sí, se habla de Rosario, pero se asegura que Rosario lo que quiere es quedarse con un poco de las islas para hacer algún parque», cuenta Francisco, y concluye con un concepto que repiten, con distintas palabras, todos los victorienses consultados: «Es todo interés político, no es tanto la quema y el humo. Es todo político».
Un poco más allá, César Samita, que vive en Victoria hace cinco años, asegura que está «muy enterado del tema» por su vínculo con la Municipalidad, y señala que a nivel político la comuna ve el reclamo rosarino como «una invasión». Samita es oriundo de San Lorenzo, y fue a la ciudad entrerriana para hacer una planta de reciclaje. Cuando recrudeció el problema por las quemas, relata, él participó en el desarrollo de un convenio con la Universidad Nacional de Rosario (UNR) para establecer un sistema que permitiera detectar los focos de incendio. «Ese sistema hace cuatro años que está andando», cuenta.
«¿Es decir que saben dónde se producen los focos de incendio?», preguntamos… «Exacto. Cada hora y media pasa el satélite. Saber se sabe. Lo que pasa es que hay problemas políticos, problemas legales, problemas de todo tipo. Y la mayoría de las quemas, son originadas por gente de la política, aunque no figuren así. Y la mayoría, aunque por ahí ustedes se enojan, yo soy de Santa Fe también, son de Rosario», dice. La población de Victoria, según Samita, «se pone en apoyo del ciudadano rosarino, pero no del manejo político. Eso es una estrategia, a costa de la gente».
Siempre estuvo cerca. Desde la costa entrerriana, al «trasfondo político» se suma otro argumento repetido: la existencia de las quemas desde tiempos inmemoriales. «Uy, desde que yo era chico está el humo. Lo que pasa es que ahora, como hay intereses, han metido mucha más hacienda por el puente», dice Jacinto, militar retirado, en la plaza central de Victoria. Del reclamo «se habla», señala, «pero más como algo político que otra cosa. Esto es como el problema de Gualeguaychú con los uruguayos. La gente de acá es mansa, pero se empieza a calentar, y capaz que pelean a lanzazos como peleaban antes. Son todos problemas políticos, se ha embarrado tanto, que nadie sabe quién es quién».
En el otro extremo de la plaza, Ana dice que lo que «duele» del reclamo de los rosarinos, «es que metan a todos en la misma bolsa: yo vivo frente al acceso al puente, y de mi casa ni siquiera se ve el humo. La gente acá no se lavó las manos. Lo que duele es que nos echen toda la culpa a nosotros. No es culpa de los victorienses; es el clima, el viento, todo».
Mano dura. Para Oscar Pérez, taxista victoriense, «lo que hay que poner es mano dura y solucionar esto. Sería el bolazo más grande poner de punta la ciudadanía de Victoria con la gente de Rosario. Partamos de la base de que nosotros pasamos a ser un barrio de Rosario. Y vienen muchos de Rosario, nuestros hijos estudian todos allá, conviven cotidianamente, y vamos casi todos los días».
Fotos Gentileza de Ramiro Nogal
www.RamiroNogal.com.ar
Textos: Diario La Capital