Mientras los rescatistas trabajan en busca de cadáveres entre los escombros y sin las esperanzas de hallar sobrevivientes, los italianos asistieron este viernes a la jornada de luto nacional, en la que se realizaron los funerales de algunas de las víctimas del devastador sismo que el lunes sacudió a la región italiana de Abruzzo.
Entre cientos de personas conmovidas, se enterró a Giuseppe Chiavaroli, un estudiante de la Universidad de L´Aquila que tenía 24 años. Como él, cientos de jóvenes perecieron tras el terremoto que, hasta ahora, se cobró la vida de 289 personas.
Miles de personas se reunieron ante 205 ataúdes de madera, muchos de ellos cubiertos con flores y fotografías de los fallecidos, dispuestos en cuatro filas en la plaza de armas de una academia de policía en la montañosa ciudad de L´Aquila, la más afectada por el sismo del lunes de 6,3 de magnitud.
Varios pequeños ataúdes blancos, que contenían cuerpos de niños, fueron ubicados sobre los féretros de sus madres, algunos con sus juguetes favoritos encima.
«Hay mucha tristeza hoy, pero también mucha rabia», dijo Piero Faro, quien se presentó para ofrecer sus respetos a la familia de su amiga Paola Pugliesi, de 65 años, quien falleció junto a su hijo Giuseppe, de 45 años. «Su edificio simplemente se desintegró. Esto no debería haber ocurrido», expresó Faro.
Se desarrolló una misa católica oficiada por el segundo sacerdote de más alto rango del Vaticano, el cardenal Tarcisio Bertone. La ceremonia comenzó con un mensaje del papa Benedicto XVI.
«En estas horas dramáticas, cuando una aterradora tragedia ha asolado esta tierra, me siento espiritualmente presente entre ustedes y comparto su angustia», dijo el mensaje del Papa.
El Gobierno declaró día de duelo nacional. Las banderas ondeaban a media asta y en Roma varias tiendas y negocios exhibían letreros que indicaban que estarían cerrados durante el funeral.
Cinco días después del sismo, los socorristas aún estaban sacando cuerpos de los escombros, y hallaron anoche el cadáver de una mujer de 53 años y el de su hija adolescente en medio de los restos de su hogar.
Pero la agencia de Protección Civil, que está coordinando la respuesta ante la emergencia, dijo que las tareas de rescate están llegando a su fin.
Para completar, violentas réplicas se registraron durante la noche en la central región de los Abruzos, dañando edificios en localidades medievales y aterrorizando a unas 17 mil personas que permanecen en tiendas de campaña. Miles de sobrevivientes adicionales se encuentran en hoteles.
«Agredecemos a la gente de los Abruzos por su seriedad, urbanidad, dignidad y compostura» dijo Berlusconi, quien viajó a L´Aquila para el funeral. «Hoy rendimos homenaje a sus muertos, que son nuestros muertos», agregó.
En la ceremonia participaron unos 1.600 parientes de las víctimas, que antes de que comenzara el rito religioso pasaron repetidamente entre los ataúdes, acariciándolos, abrazándolos, cubriéndolos de flores.
Junto a ellos otras 3.500 personas tomaron parte en el rito, incluyendo a los principales representantes del Estado: además del presidente y el primer ministro, los presidentes de las dos cámaras parlamentarias, varios ministros y representantes de los partidos.
Poco antes del funeral Berlusconi dialogó con familiares de algunas de las víctimas, y más tarde, frente a un grupo de periodistas, dijo que ofrecerá sus casas como forma de cooperar en la asistencia a los damnificados del sismo.
«Muchas personas ya ofrecieron sus propias casas para ayudar a los desplazados por el terremoto, y también yo haré lo que queda ofreciendo mis casas», dijo el gobernante.
Luego del funeral los sobrevivientes comenzarán a planear la reconstrucción de sus vidas en una región que depende del turismo, la explotación agrícola y las empresas familiares. El ministro italiano de Industria precisó que más de la mitad de las compañías locales «ya no están produciendo».
En tanto, las esperanzas de encontrar sobrevivientes disminuyen de hora en hora entre los equipos de auxilio.
Reuters / TalCualDigital / Ansalatina