Movilización nacional en solidaridad con las víctimas de todas las guerras.
El 5 de noviembre se realizará en Roma, Italia, una movilización nacional por la paz que tiene como consignas “cese al fuego inmediato, negociación por la paz”, “prohibición de todas las armas nucleares”, “solidaridad con el pueblo ucraniano y con las víctimas de todas las guerras”.
“Hay que detener esta guerra de inmediato. Basta ya de sufrimientos. Italia, Unión Europea, Naciones Unidas deben asumir la responsabilidad de parar la escalada guerrerista y alcanzar un cese al fuego inmediato”, urge el manifiesto de la iniciativa promovida por la Plataforma ‘Europe for Peace’ y respaldada por un amplísimo abanico de organizaciones.
“Es urgente trabajar para una solución política del conflicto, hacer prevalecer el respeto del derecho internacional, sentando a la mesa de negociación los representantes de los gobiernos de Kiev y Moscú para buscar, como dice Papa Francisco, soluciones no impuestas por la fuerza, sino consensuadas, justas y estables”, añade el documento.
Anna Camposampiero, activista social por la paz, expresó a La Rel profunda preocupación por la que considera una “normalización de la amenaza nuclear”.
Peligro nuclear
“Ya están hablando de la posibilidad de llegar a una guerra atómica (nuclear) como algo absolutamente normal. Es tan así que el Parlamento Europeo ha aprobado una resolución donde se dice disponible al uso de bombas tácticas nucleares”, advirtió Camposampiero.
Dos días después, el Consejo de Europa declaró a Rusia como “Estado patrocinador de terrorismo”, exacerbando aún más la rusofobia y la lógica de enfrentamiento en la región, al tiempo que contribuyó a fortalecer en la población ucraniana el espíritu nacionalista basado en el odio.
“Todo esto fortalece la narrativa de que hay que seguir combatiendo hasta la victoria final y la destrucción del enemigo, y vuelve más difícil la búsqueda de un cese al fuego y una negociación de paz”, lamentó la activista italiana.
Un escenario muy complejo, muy polarizado y muy peligroso, acentuado hasta lo extremos por una campaña mediática unilateral sin precedentes, que no admite análisis, ni reflexiones sobre las responsabilidades de los actores involucrados y la complejidad de un conflicto que, como ocurrió en los Balcanes, destruye equilibrios, alimenta odios y sólo deja escombros.
“Es como si Unión Europea, Estados Unidos y Otan quisieran llegar a la victoria definitiva del occidente sobre Rusia, cerrando el círculo que se abrió a inicios de los 90 con la disolución de la Unión Soviética.
Hay un mundo multipolar que ya es un hecho y que Estados Unidos se rehúsa a aceptar. No es un caso que, mientras arde el oriente europeo, Washington eleva el nivel de enfrentamiento con China viajando a Taiwán”, señaló la activista por la paz.
“Tampoco podemos olvidar –continuó Camposampiero– los grandes intereses económicos que están detrás de la que será la reconstrucción de Ucrania. Algo que ya hemos visto incontables veces cuando estos bloques han promovido guerras en aras de exportar democracias”.
Normalización del conflicto
Estas dinámicas “normalizadoras” y de “una sola vía” han logrado bajar el nivel de indignación de las poblaciones.
“En la población europea hay preocupación por las consecuencias económicas de la guerra y de las sanciones impuestas a Rusia, como por ejemplo los alto índices inflacionarios y el aumento exorbitante de gas y electricidad, pero parece prevalecer la incredulidad de que se pueda llegar a un punto sin retorno.
El resultado es un menor nivel de movilización ciudadana respecto a los primeros meses de la guerra y el surgimiento de otro obstáculo en el camino de la búsqueda de la paz”, aseguró Camposampiero.
Para la activista urge llegar de inmediato a un cese al fuego y a la convocación de una conferencia internacional de paz.
“Este 5 de noviembre vamos a movilizarnos para que cesen las armas, se abra una mesa de negociación de paz, se prohíban todas las armas nucleares, al lado del pueblo ucraniano y de las víctimas de todas las guerras olvidadas.
Basta de hipocresía y falsa moral. No hay guerras, ni víctimas, ni refugiados de segunda clase”, concluyó.
Fuente: Rel UITA
Giorgio Trucchi