Irma López Aurelio esperó aún dos horas. Intentó conseguir apoyo de enfermeras y personal administrativo, pero nadie la ingresó…
OAXACA, Oax. (apro).- Con los dolores del parto encima, Irma llegó al Centro de Salud de Jalapa de Díaz cuando aún era de noche, acompañada de su esposo.
Irma López Aurelio en el jardín del centro de salud | Pedro Matías | Proceso.com.mx
La clínica estaba en paro parcial, así que a los pocos que estaban trabajando les dijo que estaba a punto de dar a luz. Las contracciones ya llevaban horas y estaba plenamente dilatada.
Los médicos le hicieron algunas preguntas, pero no la atendieron. Después argumentarían que como la indígena mazateca no habla un español perfecto no la comprendieron. O que, como había sido atendida por parteras durante su embarazo, no tenían claro qué estaba pasando. Como fuera, decidieron que no entendían y obviaron lo evidente: la mujer necesitaba ayuda.
Irma López Aurelio esperó aún dos horas. Intentó conseguir apoyo de enfermeras y personal administrativo, pero nadie la ingresó.
Así que en la madrugada del pasado miércoles, cuando acababa de salir el sol, se fue al jardín del centro de salud, y ahí, sin ayuda, dio a luz a un niño, de 2 kilos 400 gramos.
Sólo entonces los socorrieron.