Por SERVINDI. Pressenza.com
“Navidad, entonces significa “luchar por la justicia y la paz, defender la vida y la libertad, buscar una mayor participación democrática en las decisiones de la sociedad” (Gustavo Gutiérrez). Significa organizarse para construir un proceso de liberación de toda persona humana”.
La Navidad como compromiso
Por: Kajkoj Máximo Ba Tiul*
De acuerdo a la tradición cristiana, Navidad, es la celebración del nacimiento de “Jesús”. Este acontecimiento es un momento importante para quienes se consideran “seguidores de Jesús”. No solo para entender su significado, como la idea que “Dios se encarna o se hace hombre” o el principio que es “Dios con nosotros”, sino el compromiso político-social que conlleva decir “soy cristiano”.
Como dice el Padre Víctor Ruano, citando a Jesús Espeja, la “Navidad es como el sí definitivo al amor que ya existe en nuestra tierra y cuya plenitud anhelamos todavía. Es la fiesta de la ternura, del perdón y de la paz”. No nos dejemos robar la esperanza y el sueño de una sociedad en paz, sobre la base de la justicia.
La construcción de una sociedad diferente, es el anhelo de todo ser humano que vive desde la comunitariedad los principios de la solidaridad, la responsabilidad, la colaboración, la ternura, la bondad, el compromiso. Principios, que no son solo para los cristianos, sino para quienes tenemos la esperanza de vivir en mundos diferentes, al mundo capitalista-neoliberal.
Valores que fundaron al “Cristo Histórico”. Valores transmitidos no solo por sus padres, sino por una sociedad marginada y racializada, como “Belén”. Este niño que nace entre los hombres, optó por los “más pobres”, por los “humildes y mansos de corazón”. Por quienes padecían el peso del imperialismo, de la corrupción, del racismo, de la desigualdad, de la opresión. Principios y valores que asumirá con conciencia y con coraje y así desalojar del templo a quienes habían convertido en mercado la “casa de su Padre”.
La Navidad, entonces es el inicio de la “salvación de los pueblos”, pero no una salvación celestial, sino una salvación terrenal, que será concretada, cuando este niño, vea su sufrimiento como protesta, o como un gesto de rebeldía y liberación. Con capacidad de liberar a todos, como dice; Jon Sobrino, “liberar de todas las esclavitudes que afligen a los pobres latinoamericanos”. De la esclavitud que provoca el sistema capitalista-neoliberal, cuando despoja de sus tierras y territorios a los pueblos originarios, provocando nuevos y continuados genocidios, cuando somete a los jóvenes a la desesperanza, cuando promueve feminicidio en contra de las mujeres, cuando desarrolla su programa xenofóbico en contra de los migrantes, etc.
Si se llegara a comprender que la Navidad es pensar en ese “niño” que luego será hombre y que se “pondrá a favor de unos, los oprimidos, y en contra de los otros, los opresores. Los pobres lo proclaman como el verdadero Cristo, mientras los opresores ponen en guardia contra él, lo atacan” (Jon Sobrino). Entonces podremos comprender que su misión no solo es celestial, sino terrenal. Eso quiere decir; que la forma cristiana que supuestamente viven los cachurecos, fanfarrones y fufuros, cuando participan en sus celebraciones de la palabra, de
sus cultos, rezan el rosario, se arrodillan todos los domingos frente a los altares, leen la Biblia, pero no se comprometen con los más pobres, con los indios oprimidos, con las mujeres asesinadas, los jóvenes incomprendidos y mucho menos a desterrar la corrupción y la impunidad, porque la avalan o son parte, no es “cristianismo”. Por esto es mejor para ellos callar y ser indiferentes. Sus navidades, son de consumismo, de moda, de lujo, de estreno, de tamales y viven muy lejos del mensaje profético de ese tal Jesús liberador.
Ni se dan cuenta o cierran los ojos para no ver que el salario mínimo decretado por el gobierno es una burla para el pueblo, que los magistrados de la Corte Suprema de Justicia se recetaron un jugoso aumento salarial, que la justicia está dejando en libertad a quienes se han enriquecido por la corrupción y la impunidad, que estamos a las puertas de una nueva campaña electoral y que son cientos de ladrones que pretenden ser el presidente o vicepresidente, diputados o alcaldes.
Ni se han dado cuenta que son miles y miles de hermanos y hermanas, que han tenido que migrar a Estados Unidos, por la pobreza, el hambre, la falta de salud, de educación. Que miles y miles de hermanos y hermanas viven en desplazamiento obligatorio y permanente, porque el neoliberalismo los está despojando de sus tierras y territorios. Que miles y miles de hermanos y hermanas, viven sin esperanza, a pesar que la Navidad es esperanza.
La Navidad como compromiso y esperanza, fue lo que motivó que miles y miles de hermanos y hermanas optaran hace muchos años, por una acción revolucionaria. Entenderla como compromiso y profecía, les trajo la muerte, pero una muerte en plenitud. Optar por destruir el racismo, la discriminación, la explotación, la represión, fue la enseñanza profética de ese Jesús niño y que luego se convirtió en el liberador de los pobres y por eso fue asumido por profesionales, estudiantes, campesinos, trabajadores, hombres y mujeres que dieron la vida por mundos mejores y solidarios.
La Navidad, en última instancia es asumir el compromiso de derribar el mundo de la corrupción y de la impunidad. Es comprometernos a desalojar de toda la institucionalidad del Estado al grupo criminal que ha sumido en la pobreza a miles y miles de hermanos nuestros. Es el compromiso de asumir la misión de Jesús, construir un mundo en donde los más pobres, dejen de ser los “nadie” y se les devuelva la “dignidad” de ser cada vez humanos.
Navidad, entonces significa “luchar por la justicia y la paz, defender la vida y la libertad, buscar una mayor participación democrática en las decisiones de la sociedad” (Gustavo Gutiérrez). Significa organizarse para construir un proceso de liberación de toda persona humana.
El artículo original lo puede encontrar en el siguiente enlace: https://www.servindi.org/23/12/2022/la-navidad-como-compromiso
—
* Kajkoj Máximo Ba Tiul es originario maya poqomchi, antropólogo, filósofo, teólogo, investigador y escritor. Pertenece al Centro de Reflexiones Nim Poqom. San Cristóbal Verapaz, chiwax2030@yahoo.com
Fuente de la imagen: https://psicologiaymente.com/cultura/teologia-liberacion
PRESSENZA · HUMANISMO
Nota original