La sociedad se pregunta a cada momento, que fue lo que provoco la inseguridad que hoy vivimos. Yo voy a ir un poco mas allá. Alguna ves nos preguntamos ¿cómo fue que pasamos de ser honestos a corruptos?.
Yo recuerdo cuando niño, la gente, fundamentalmente la gente de campo, cuando se daban la mano cerraban un trato, sin necesidad de ningún papel ni sello autorizado. También recuerdo a mis tíos dejar las puertas abiertas, los animales sueltos.
Si alguien pasaba y sufría algún inconveniente, no dudaban un segundo en brindarle ayuda. La ayuda a la que me refiero era la de brindarle absolutamente todo, desde darle de comer hasta llevarlo al pueblo a comprar lo que necesitara para solucionar aquel problema.
Que distinto se vive hoy ¿no?. Yo pregunto ¿qué fue lo que pasó? ¿Cambió todo por arte de magia?, tal vez y seguramente ¿otros tienen la culpa?. Yo tengo una visión muy particular del asunto.
¿Recuerdan, los mayores adultos de mas de 60 años, cuando fueron a la puerta de los cuarteles a pedir que se hicieran cargo del gobierno, a pesar que el que estaba era democrático?. De la plata dulce ¿quién se acuerda? ¿Alguien pensó que un país podía hacerse de esa manera? ¿Y de avalar gobiernos corruptos? Aplaudiendo privatizaciones desprolijas, corruptas y sobre todo con beneficios para algunos pocos.
Estoy convencido que la inseguridad nos corresponde a todos de alguna manera, pero la culpa seguro no es nuestra. Entonces ¿habrá alguna forma de solucionarla?, absolutamente si, y la forma es volver a las raíces, o sea, vivir pensando en ayudar a quien sea y no ver en el otro a un enemigo.
¿Creen que es difícil lograrlo? Pues, más difícil es pasar de honesto a corrupto y sin embargo lo logramos, pero se puede convivir con todos siempre que todos tengan las mismas oportunidades, el hecho de no tenerlas significa que alguien esta ejerciendo el derecho de la dominación y nada ni nadie se lo ha dado.
“Los derechos de uno terminan cuando comienzan los de los demas”. ¿Quiénes son los encargados de hacer cumplir esto?. Nosotros, pero nunca lo hicimos, nunca pedimos explicaciones, tampoco pedimos balances, no importa que hacen con nuestro dinero, entonces aparecen todas las deficiencias que vemos en la tele, gente que muere de hambre en una tierra tan rica, personas que mueren por no tener dinero u obra social y si es social ¿por qué no la tenemos todos?.
Siendo social la pagamos entre todos, no vaya ser cosa que alguien crea que la salud es un derecho, si alguien lo pensó les digo que está equivocado, la salud es un bien de mercado y el que no tiene plata “se muere”. Y hay algo más terrible aún: «cállese la boca porque el sistema lo dice así».
Viene con hambre el nuevo milenio, y… si no reclamamos lo que es nuestro, “allá en el horno se vamo a encontrá”. Cambalache es un ejemplo de lo que vieron personas de generaciones pasadas, al igual que las profecías, dejan de serlo, cuando se cumplen, y están hechas para advertir a los que vienen, para que las mismas no se produzcan, en ese caso Cambalache fracasó estrepitosamente.
Espero que encontremos la forma de poder equilibrar semejante desequilibrio. Hay algo que es sabio, elemental y físico y es que para recibir, solo hay que tener las manos vacías. Llego el momento de “DAR” para poder tener las manos vacías, “uno no se lleva de esta vida, lo material que haya conseguido, sino lo brillante que haya actuado con su corazón”. “La solidaridad y la verdad es lo unico que trae armonía”, no crean que eso lo hacen los políticos, salvo algunas acepciones, los demas solo están para negociar.
Guillermo Perea. 13-03-09.