La adhesión de José Saramago, a la Primera Marcha Mundial por la Paz y la No Violencia, es otro importante apoyo que se suma al de muchas personalidades famosas que coinciden y participarán en esta primer marcha mundial.
El escritor portugués, José Saramago, es otro de los adherentes a la Marcha Mundial por la Paz y la No Violencia. El Premio Nobel de Literatura 1998, es periodista además de uno de los novelistas mas admirados de la actualidad.
El escritor, es autor entre otras obras de Memorial del Convento (Memorial del convento (1982), El año de la muerte de Ricardo Reis (1984), La balsa de piedra (1986), Historia del cerco de Lisboa (1989), El evangelio según Jesucristo (1991) y Ensayo sobre la ceguera (1995), obra en la que el autor desde planteamientos éticos advierte sobre «la responsabilidad de tener ojos cuando otros los perdieron». Saramago, escéptico pero solidario, reflexiona en esta novela sobre si cabrá la esperanza tras este nuevo milenarismo que la humanidad está viviendo.
Saramago sufrió censura y persecución durante los años de la dictadura de Salazar. Se sumó a la llamada «Revolución de los Claveles» que llevó la democracia a Portugal, en el año 1974. Escéptico e intelectual mantuvo y mantiene una postura ética y estética por encima de partidismos políticos, y comprometido con el género humano. En la actualidad, consagrado como escritor universal, divide su residencia entre Lisboa y la isla española de Lanzarote (Canarias). Recibió el Premio Nobel de Literatura en 1998 siendo el primer escritor portugués en conseguirlo.
La Marcha Mundial comenzará en Nueva Zelanda el 2 de octubre de 2009, día aniversario del nacimiento de Gandhi y declarado por la Naciones Unidas día Internacional de la No-Violencia. Finalizará en la cordillera de Los Andes, en Punta de Vacas al pie del Monte Aconcagua el 2 de enero de 2010. Durante estos 90 días, pasará por más de 90 países y 100 ciudades, en los cinco continentes. Cubrirá una distancia de 160.000 km por tierra. Algunos tramos se recorrerán por mar y por aire. Pasará por todos los climas y estaciones, desde el verano tórrido de zonas tropicales y el desierto, hasta el invierno siberiano. Las etapas más largas serán la americana y la asiática, ambas de casi un mes. Un equipo base permanente de cien personas de distintas nacionalidades hará el recorrido completo.
Entre los fundamentos de la Marcha sus organizadores explican:
Porque el hambre en el mundo puede resolverse con el 10% de lo que se gasta en armamento. ¿Podemos imaginar cómo sería si se destinara el 30 o el 50% para mejorar la vida de la gente, en vez de aplicarlo en destrucción?
Porque eliminar las guerras y la violencia representa salir definitivamente de la prehistoria humana y dar un paso de gigante en el camino evolutivo de nuestra especie.
Porque en esta aspiración nos acompaña la fuerza de las voces de cientos de generaciones anteriores, que sufrieron las consecuencias de las guerras, y cuyo eco sigue escuchándose hoy en todos los lugares donde siguen dejando su siniestra estela de muertos, desaparecidos, inválidos, refugiados y desplazados.
Porque un «mundo sin guerras» es una propuesta que abre el futuro y aspira a concretarse en cada rincón del planeta en el que el diálogo vaya sustituyendo a la violencia.
¡Ha llegado el momento de hacer oír la voz de los sin-voz! Millones de seres humanos piden por necesidad que se acaben las guerras y la violencia.
Podemos conseguirlo uniendo todas las fuerzas del pacifismo y de la no-violencia activa del mundo.
Fuente: www.marchamundial.org