Por Julio Ramirez
Finalmente la pareja gobernante se convenció que todas los buenos encuestadores, le estaban diciendo la verdad y no lo que ellos querían oír.
La gran mayoría de los argentinos no están de acuerdo con la forma de gobernar de Cristina. Tampoco están muy de acuerdo que su esposo la «atosigue».
Hoy se intenta desde el gobierno mandar mensajes para esa masa de votantes. Se hicieron cambios de hombres en puestos claves del ejecutivo. Intenta tomar mas contacto con la prensa. Lanza tímidos mensajes a los dirigentes del campo. Visita a Alfonsin en su lecho de enfermo ¿le pedirá que le tire de las orejas a Cobos?
Seguramente seguirán intentando cambios, todos propuestos por los asesores de imagen, tratando de revertir una derrota en las elecciones legislativa del año próximo.
Pero la gente no es tonta, especialmente cuando ve los números del INDEC, que en nada se parece a los precios reales de los supermercados.
Los aumentos de combustibles, transporte público y los servicios en general, ponen a todos de muy mal humor.
No alcanza con la simpatía y amabilidad del Ministro Mazza, porque todos saben que la Presidenta esta haciendo lo que le piden, en relación a «su maquillaje» y que esos gestos son para la gilada, pero ella y su marido piensan totalmente diferente.
No alcanza tener una buena política de Derechos Humanos para gobernar un país y especialmente si eses país es Argentina. Hay que tener un programa en todos los rubros (economía, seguridad, salud educación y justicia)
Este párrafo final va para los fanáticos e intolerantes de siempre.
Esta bien que intente cambiar y mostrar una apertura, pero eso tiene que ser real, de adentro hacia fuera. De lo contrario, una ves más los dichos populares tendrán la razón: «La mona aunque se vista de seda, mona queda».