El Centro Gallego se distingue por sus comidas y costumbres con cultos, mitos y bailes. Para conocer más de fondo este mundo nos entrevistamos con el coordinador Serafín García Cañón, quien nos introdujo en las costumbres de esta región contándonos que: «en materia cultural, la idea es separar las cuatro provincias gallegas y destacar su capital, Santiago de Compostela, por lo cual se realizó un stand de fotos y folletos, donde se puede apreciar su historia, mapas y objetos musicales para representar Galicia».
En el área artística tienen el cuerpo de baile, el conjunto de música y el especial grupo de Cantareira.
Después de recorrer la carpa, el visitante podrá degustar la tradicional empanada gallega de Galicia, también está la exquisita picada con chorizo colorado, cantimpalo y en el sector de los platos dulces, una tarta de Santiago.
En cuanto a costumbres, el Centro Gallego nos deslumbra con su tradicional evento, donde todas las noches se hace la «queimada», una fuerte bebida alcohólica de la tradición gallega y propia de su gastronomía.
Según la tradición, esta bebida tomada tras la pronunciación del conjuro, funciona como protección contra maleficios, además de mantener a los espíritus y demás seres malvados alejados del que la ha bebido. Todo el ritual de preparación está dirigido a alejar a los malos espíritus y a las meigas, que según la tradición, acechan a los hombres y mujeres para intentar maldecirles, ya sea por diversión, por venganza, por algo que han realizado anteriormente, o por cualquier otro motivo.
Cualquier ocasión es buena para realizar una queimada: una fiesta, reuniones familiares o de amigos. Tras la cena, en la oscuridad de la noche (que es uno de los mejores momentos para realizarla), los comensales se reúnen alrededor de la queimada, para animar los corazones y estrechar los lazos de amistad.
Uno de ellos se encargará de darle el toque final levantando con un cucharón el líquido en llamas y dejándolo caer poco a poco en el recipiente mientras pronuncia el conjuro, lo que crea un ambiente muy especial.
Nota: Gisela Morel