La esperanza de alcanzar dos sueños es, en la protagonista, el germen fundamental con el cual recubre su cuerpo de las durezas de una vida escabrosa. por Anabel Donnet.
Calificación: * * * La esperanza de alcanzar dos sueños es, en la protagonista, el germen fundamental con el cual recubre su cuerpo de las durezas de una vida escabrosa. Un amor y el deseo de ser geisha serán las metas inamovibles por las cuales tolerará y transformará todo.
Por Anabel Donnet especial para Rosarinos.com
MEMORIAS DE UNA GEISHA fue anticipada como una película llena de puntillismos artísticos, pero en muy pocas materias merecen la perfección.
Su director ROB MARSHALL (quien también dirigió el musical Chicago) hizo de esta historia japonesa una mega-producción estadounidense. Las coordinadas no cruzan perfectamente; demasiada pompa y ficción endulzando un propuesta que se tildaba como profunda y terminó siendo meramente romántico: el amor todo lo puede.
Con el típico estilo de una telenovela, la mala y la buena conviven dentro de la misma casa. Ambas bellas pero una abnegada y obediente en tanto que la otra perversa y odiosa va poniéndole mil trabas a la recién llegada.
Chito, el nombre de la niña protagonista, es vendida junto con su hermana por sus paupérrimos padres a uno misteriosos señores. Estos serán los encargados de revenderlas en distintas casas de okiya (casa en donde se educan geishas).
La abrupta separación será irresistible para la pequeña quien, en medio de una de las grandes ciudades del Japón previo a la II Guerra Mundial, intentará encontrar a su hermana caminando sobre los tejados. El escape le marcará la vida para siempre: como castigo no será educada sino la esclava de Madre Nitto, la dueña de la okiya.
Como en todo cuento de hadas el príncipe aparece para detener la pena en el corazón y alimentarlo con la ilusión del amor y de la felicidad.
Este encuentro fortuito y perfecto, gracias a la “rareza” de esta japonesa (tiene ojos celestes), mantendrá direccionados los objetivos de vida de Chito. Esperará su regreso y para ese momento ya será la geisha más codiciada de Miyako.
La suerte y la particularidad de sus ojos, y a su madre le había pronosticada que “el agua de sus ojos la ayudarían a abrirse paso, como el agua, entre las rocas”, van truncando sus ajados harapos de sirvientas por los kimonos más deseados y costosos. Es que, sin saber por qué, otra dueña de una casa de geishas ha ofrecido mucho dinero a cambio de instruir a la ya adolescente Chito.
Tenazmente la chica estudiará con Mameha las idoneidades necesarias para ser una verdadera geisha, porque tal como le dijera su nueva protectora “nosotras no vendemos nuestro cuerpo sino nuestros talentos”. Bailar, moverse dulcemente, sonreír, manejar el abanico, tocar la cítara, conversar, saber servir el té, inclinarse con delicadeza, caminar sobre unas plataformas altísima, pintarse, peinarse.
“Ser geisha es ser una artista, es sinónimo de belleza”.
Seguramente Rob Marsall también tuvo por objetivo principal transmitir esta idea y por eso se quedó en la parte meramente superficial de la historia. Con diálogos sumamente innecesarios (además, hablados en inglés cuando los intérpretes son japoneses); con ambientaciones hollywoodenses de lo más irreales; con enredos novelescos que rayan con el infantilismo.
No hay un análisis serio acerca de “estos misterios que jamás deberían ser contados” sino nada más el desarrollo de una historia de amor prohibido entre El Director (Ken Watanabe) y Sayuri (Ziyi Zhang), tal fue el nombre que recibió Chito una vez que ya estuvo preparada para ir a la primer reunión con los hombres.
Hay escenas en donde la sensación de ensueño llega a ser transmitida, como también le enseñara Mameha, “la geisha es una artita del mundo flotante que tiene prohibido amar”, y son precisamente esas escenas las que hacen de MEMORIAS DE UNA GEISHA una película que a más de una mujer le fascinará. Pero nada más.
Memorias de una Geisha Título original: Memoirs of a Geisha Género: Drama Dirección: Rob Marshall Guión: Robin Swicord Interpretes: Ziyi Zhang, Ken Watanabe, Michelle Yeoh, Koji Yakusho, Youki Kudoh, Kaori Momoi Fotografía: Dion Beebe Música: John Williams Montaje: Pietro Scalia Origen: Estados Unidos (2005) Duración: 143 minutos Calificación: Apta para mayores de 13 años Sitio Web: www.sonypictures.com/movies/memoirsofageisha Horarios: Monumental: 13:55 16:45 19:35 22:25 Trasnoche: Viernes y Sábado 1:10 – Village: 13:45 16:45 19:45 22:30 Trasnoche: Viernes Sábado y Miércoles 1:15 -ShowCase: 13:10 16:10 19:40 22:40 – Trasnoche: Viernes Sábado y Miércoles 1:40 |
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